Aunque solemos asociar la luz con bienestar, vitalidad y confort, la ciencia empieza a advertir que demasiada luz puede tener el efecto contrario. Vivir o trabajar en entornos excesivamente iluminados —especialmente durante la noche— puede alterar el reloj interno del cuerpo, afectar el descanso y, en consecuencia, generar estrés cerebral.
Un informe de la Alianza de Salud y Medio Ambiente (HEAL, por sus siglas en inglés) alerta sobre el descenso del 50% del recuento de espermatozoides en todo el mundo durante las últimas décadas, lo que se relaciona directamente con la contaminación química.
Harvard advierte que muchos padres subestiman la importancia de una alimentación infantil saludable. La institución recomienda limitar la carne roja y eliminar las carnes procesadas, sustituyéndolas por proteínas saludables como el pescado, huevos, aves y legumbres. La mitad del plato debe llenarse con frutas y verduras variadas, mientras que la otra mitad combina granos integrales y proteínas. Además, el agua debe ser la bebida principal. La guía enfatiza que la actividad física diaria es clave para complementar la nutrición y promover la salud a largo plazo.
En el campo de la oncología, la investigación está permitiendo identificar nuevos biomarcadores a un ritmo sin precedentes, asociados a los medicamentos más innovadores, hasta el punto de que muchas de las autorizaciones de nuevas terapias contra el cáncer aprobadas por agencias como la FDA estadounidense (de Food and Drug Administration) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) incorporan sus respectivas recomendaciones respecto a biomarcadores.
El consumo de cannabis se ha convertido en una práctica cada vez más extendida entre jóvenes y adultos. Una de las razones se debe a que su legalización avanza en distintos países y, además, hay un cambio en la percepción social. Sin embargo, resulta necesario concienciar y analizar los efectos reales sobre la salud. En este sentido, uno de los aspectos menos conocidos, pero más preocupantes para especialistas e instituciones de salud, es su posible relación con la diabetes tipo 2. De acuerdo con la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes, el uso frecuente de cannabis puede cuadruplicar el riesgo de desarrollar esta enfermedad metabólica, especialmente entre quienes ya presentan factores de riesgo.