Netflix sobrevivió al 2023 por el contenido adquirido: tuvo la mitad de éxitos que en 2022
‘La gran N roja’ no brilló el pasado año precisamente por su contenido original.
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A diferencia de otras plataformas como Apple TV + o incluso HBO Max (dentro de poco pasará a llamarse simplemente “Max”), Netflix ha apostado tradicionalmente por una estrategia mixta en la ficción de su catálogo. Por un lado con contenido propio. Un salto hacia la creación que se dio por primera vez en febrero del 2013, gracias al estreno de la serie House of Cards. Por otro, con contenido adquirido, a través de acuerdos de distribución firmados con otras productoras y distribuidoras por un tiempo limitado en el tiempo. El equilibrio de estas dos tipologías que alimentan el abanico de su catálogo, es clave para que estas empresas no tengan un gasto excesivo, pues es evidente que generar autoría para los servicios de streaming es mucho más costoso que lo contrario, pero es en el contenido propio donde se crea esa imagen de marca, creando afiliados afines a tu buen hacer como sello audiovisual. Sin embargo y como hemos podido saber recientemente, Netflix generó la mitad de éxitos nacidos dentro de su ecosistema en 2023 respecto al año anterior. No obstante, lo más llamativo es que esto no mermó sus capacidades de captación, adquiriendo unos 30 millones de suscriptores más que en 2022.
El estudio corre a cargo de Digital i, una empresa británica de transmisión de datos que afirma que la compañía fundada por Reed Hastings y Marc Randolph tuvo menos de la mitad de visitas globales que en 2022 en el contenido creado de forma original. Hay que señalar que el informe decreta un producto como un “éxito” cuando una película o serie original es vista por al menos un 30% de la base de suscriptores de Netflix en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.
Netflix: un 2023 menos «original»
Parte de la explicación de esa disminución puede argumentarse porque la producción de casi todas las series y películas de Hollywood se detuvieron durante la mitad del año debido a la huelga de guionistas y actores contra la Alianza de productores y sobre todo, existe la ineludible correlación de que cuantos más suscriptores agrega Netflix, más difícil resulta para un único contenido captar el 30% de estos espectadores afiliados.
El análisis recogido por IndieWire habla de que en Estados Unidos, la visualización de Netflix se ha mantenido estable gracias al contenido adquirido, es decir todos aquellos productos audiovisuales de creación exterior, en los que la plataforma solo actúa como modelo de acceso online. En Gran Bretaña no existió esa estabilidad y todo ello provocó una caída significativa en los mercados europeos, donde se redujo el tiempo promedio general de transmisión. Aún con todo, Netflix todavía está muy alejado del usuario promedio de la competencia general con 118 minutos al día, frente a los 33 minutos al día de HBO Max.
Digital i mide las visualizaciones de Netflix, HBO Max, Amazon Prime Video y Disney + en todos los continentes menos África y Oceanía. Sus datos provienen de alrededor de 20 países, 30.000 hogares en todo el mundo y más o menos, unas 70.000 cuentas de streaming.
Época austera para la compañía
Tampoco es de extrañar que en estos instantes Netflix no tenga el mismo brillo en el contenido original, aparte de porque evidentemente, han generado mucho menos contenido propio. Hace dos años, tanto Greg Peters como Ted Sarandos comunicaron que la empresa debía producir mucha menos superproducción y buscar en cambio, audiencias masivas a través de productos sencillos. Una tendencia que se explica en decisiones estratégicas como por ejemplo con la cancelación de Aurora, el largometraje que iba a dirigir la ganadora del Oscar, Kathryn Bigelow. Una dosis de realidad para el modelo de negocio que antes se gastaba auténticas millonadas con largometrajes de la talla de Alerta roja o El agente invisible.
Mientras tanto, un rival directo como Warner Bros. Discovery ya ha establecido numerosos pactos y contratos fuera del terreno de la exclusividad para crear proyectos conjuntos con Tom Cruise, Margot Robbie y Timothée Chalamet. Netflix por su parte, tiene pendiente esa estreno de dos películas sobre el universo de Narnia que estarán dirigidas por Greta Gerwig (Barbie). Fuera de esa concesión, no parece que “la gran N roja” vaya a volver a gastarse próximamente 200 millones de dólares, pues esos presupuestos resultan un pozo sin fondo en las arcas públicas y nunca terminan de compensar la ficción, a menos que a partir de ahí surja una franquicia que se convierta en una referencia o reclamo para captar y retener público. Cosa que todavía no ha conseguido la líder del streaming.