Desde los despachos de Netflix creen que en algunas películas la distribución en cines es «ineficiente»

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Francisco-Eme
  • Francisco-Eme
  • Soy un graduado en Comunicación Audiovisual y Publicidad, que escribe desde su pasión por y para el cine, donde también intento hacerme un hueco como guionista. "Todo lo que puede ser imaginado es real", Pablo Picasso.

Netflix no sólo lidera el mercado del streaming, sino que además es la máxima exponente del cambio de paradigma en el consumo audiovisual. Por lo que no son pocas, las veces que han interpelado a las salas como espacios «insuficientes» y de poco rédito económico. De hecho, cuando la empresa californiana estrena sus productos en la cartelera, lo hace simplemente por la pretensión de lograr entrar en los circuitos de premios y conseguir en algún momento llevarse el Oscar a la Mejor película. Un honor que todavía se le resiste a pesar de haber fichado a grandes cineastas como Alfonso Cuarón, Martin Scorsese o Jane Campion. Sin embargo, ese distanciamiento con la experiencia cinematográfica ha crecido exponencialmente desde la renuncia el presente año de Scott Stuber y el fichaje de Dan Lin. A Partir de ahí, «la gran N roja» ha sido bastante directa con el valor de las salas en la actualidad. La última de estas acometidas ha salido de la boca de Ted Sarandos. El codirector ejecutivo de la compañía cree que para cierto tipo de películas, la distribución en la gran pantalla es «ineficiente».

Ted Sarandos
Ted Sarandos (Getty Images).

Stuber era el hombre que había iniciado esa pretensión por tener a cineastas como Rian Johnson generando franquicias o desembolsando grandes cantidades de dinero para proyectar propuestas como El agente invisible. Historias que pasaron por la cartelera sin pena ni gloria, ya que si algo nos ha demostrado la pandemia es que el estreno simultáneo (en este caso casi simultáneo) repercute negativamente en la recaudación. Pues, si la audiencia sabe que un largometraje estará dentro de poco disponible dentro de la suscripción que ya paga, no le importa esperarse algunos días y verla desde casa. De esta forma, cada vez son menos los proyectos que la empresa fundada por Reed Hastings y Marc Randolph pone en el patio de butacas. Estrategia acorde a las declaraciones recientes de Sarandos, quien no sólo no defendió las salas y las prácticas de Hollywood, sino que también aseguro que para algunos títulos el lanzamiento cinematográfico no es apropiado ni beneficioso para los mismos.

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Mujer viendo Netflix en la televisión.

Ted Sarandos vs. los cines

Sarandos es la voz cantante de Netflix y habitualmente, la cara visible que con sus palabras marca el camino estratégico de la compañía. Por eso es habitual que con sus palabras, provoque ciertos titulares que molestan a los defensores de la experiencia audiovisual de la gran pantalla. Quentin Tarantino, Christopher Nolan o Steven Spielberg son sólo, algunos de los directores que se oponen a un mundo de películas alojadas únicamente en las plataformas, aunque otras grandes voces se encuentren en una posición contraria. Entre ellas claro está, la de Sarandos. Hasta el punto de que el CEO ha llegado a decir que Barbie y Oppenheimer hubiesen tenido el mismo éxito de haberse estrenado únicamente en el streaming.

Netflix produjo la última película en español que arrasó en los Oscar.
‘Roma’ es la obra más personal de Alfonso Cuarón. (Netflix)

No se puede decir que a la marca no le vaya bien. Reveses puntuales aparte, Netflix ha conseguido sobreponerse a las dificultades y de paso seguir liderando sobre el resto de sus competidoras (seguida muy cerca de Prime Video), sin dejar de tomar los riesgos necesarios que marquen la tendencia general del sector. Por eso fue la primera en incluir publicidad e iniciar las políticas restrictivas con las multicuentas, sobreviviendo a las críticas iniciales y manteniendo el precio más alto por suscripción de la escena del vídeo bajo demanda.

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Ted Sarandos (Getty Images).

Con ello, Sarandos ha «sacado pecho» de las políticas de Netflix en su última charla con The Hollywood Reporter, mientras asistía a la Convención de Londres de la Royal Television Society:

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nETFLIX.

«Netflix tiene la particularidad de contar con la escala suficiente. Podemos gastar 200 millones de dólares en una película y tener la escala de audiencia suficiente para ponerla directamente en Netflix sin tratar de recuperar parte de la economía en las salas, lo que creo que es una forma bastante ineficiente de distribuir algunas películas».

Netflix
Ted Sarandos es el CEO de Netflix.

Las palabras de uno de los mandamases en el negocio del streaming tienen sentido, sobre todo si resaltamos el «algunas». Pues Sarandos sabe de sobra las alegrías que taquillazos de otros sellos como Super Mario Bros: la película le están proporcionando a los números de su empresa.

Un riesgo menor para Netflix

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Plataformas de streaming.

Puede que el reciente pasado verano la taquilla mundial haya tenido alegrías como Del revés 2 o Deadpool y Lobezno, pero no deja de ser cierto que en términos generales la reducción de la asistencia a las salas está siendo constante. Y así, hoy en día producir un filme por encima de los 150 millones de presupuesto supone un riesgo mayúsculo. Sino que se lo digan a Misión Imposible: Sentencia mortal, El especialista o Furiosa.

Furiosa
‘Furiosa’ (Warner Bros).

Por tanto es posible que la reducción en las partidas presupuestarias sea la única forma de supervivencia de la exhibición, con ejemplos como Civil War. Una película de 50 millones (la más cara de A24) que logró acumular 114 millones de dólares en todo el mundo. Este 2024, Netflix estrenará The Electric State, una película de 320 millones de presupuesto. No obstante, esas producciones gigantescas ya no serán la tónica habitual en el futuro de la corporación.

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