Ni videollamadas ni Netflix: así de mal va el WiFi en los trenes españoles
El WiFi que se ofrece en el tren es una penitencia
Todo lo que debes saber antes de comprar un mini PC
El paño de limpieza de Apple ya es compatible con el iPhone 17, pero ¿vale la pena pagar 25 euros?


Viajo cada semana en los trenes de alta velocidad de nuestro país y rara vez, por no decir nunca, utilizo el WiFi incluido en el billete, es desesperante. La conexión se corta, las páginas tardan en cargar y la velocidad un chiste. Prefiero tirar de la SIM de mi móvil, aunque incluso eso tiene sus límites, en algunos tramos te quedas sin cobertura y, por tanto, sin datos.
Un salto de calidad que divide a Europa
Los datos de Speedtest Intelligence de Ookla para el segundo trimestre de 2025 muestran una brecha enorme entre países. En la vanguardia aparece Suecia, con 64,58 Mbps de descarga y 54,95 Mbps de subida, lo que permite trabajar, jugar o hacer streaming sin cortes. Le siguen Suiza (29,79 Mbps) e Irlanda (26,33 Mbps). En el lado opuesto, España apenas alcanza 1,45 Mbps, el Reino Unido 1,09 Mbps y Países Bajos 0,41 Mbps: hasta 158 veces más lentos que el líder europeo.
Este contraste no se debe a montañas ni al clima. Donde se considera la conectividad ferroviaria una parte esencial de la infraestructura, con redes específicas a lo largo de las vías, los resultados mejoran de forma notable para el pasajero.
No es solo el WiFi del vagón, es el backhaul
Cambiar de WiFi 4 a WiFi 5 y usar la banda de 5 GHz mejora mucho la experiencia: en Alemania, por ejemplo, las velocidades se dispararon un 328% al hacerlo. Sin embargo, el problema de fondo no está dentro del tren, sino encima de él. La conexión entre las antenas del techo y las redes móviles públicas, el llamado backhaul, sigue siendo el gran cuello de botella. Cuando el tren depende de cobertura “incidental”, pensada para pueblos cercanos y no para los corredores ferroviarios, surgen los cortes y los saltos a frecuencias más lentas.
Suecia marca el camino
El caso de Suecia es paradigmático. Hasta 2024 sus trenes apenas superaban los 2 Mbps, pero un cambio de estrategia lo transformó todo. El gobierno y los operadores impulsaron ayudas para cubrir túneles, obligaciones de cobertura ferroviaria en las licencias de espectro y acceso compartido a infraestructuras. En un año, el país pasó de un WiFi testimonial a ofrecer una experiencia de nivel doméstico: varios usuarios por vagón viendo vídeo en HD y sin interrupciones.
Suiza sigue de cerca el modelo, aunque con un enfoque distinto. Su sistema SBB FreeSurf permite a los viajeros usar sus propios datos móviles sin que se les descuente del plan, gracias a un acuerdo con los operadores. Así se evita el embudo del WiFi compartido, pero solo los usuarios con SIM suiza pueden beneficiarse.
Asia prefiere el móvil y gana en estabilidad
Japón, Corea del Sur y Taiwán han apostado más por la cobertura celular dedicada que por el WiFi a bordo. El resultado es una experiencia más estable y una latencia mucho menor, Taiwán lidera con apenas 13 milisegundos de respuesta y es el único país con una presencia significativa de WiFi 6 en sus trenes. Sus velocidades medias (6–8 Mbps) quedan por debajo de los líderes europeos, pero muy por encima de los rezagados.
Trenes modernos, señal débil
Los vagones actuales están diseñados para ser eficientes y silenciosos, pero no para dejar pasar las ondas. Las ventanas con recubrimientos metálicos y el aislamiento acústico actúan como una jaula de Faraday. A velocidades de 300 km/h y con túneles o cambios de celda constantes, mantener una conexión estable se vuelve un reto técnico. Alemania está sustituyendo miles de ventanas por versiones tratadas con láser que dejan pasar la señal y equipando sus trenes con antenas activas en el techo para reducir pérdidas.
Satélites LEO y 5G ferroviario
El futuro del WiFi en trenes pasa por combinar tecnologías. Los satélites de órbita baja (LEO) como Starlink o OneWeb ya se están probando en Escocia, Francia, Italia o Polonia para reforzar la cobertura donde no llega el 5G. En paralelo, Europa avanza hacia el estándar FRMCS, un sistema 5G dedicado para ferrocarriles que mejorará la comunicación entre tren y tierra y, de rebote, la calidad del servicio al viajero.
Lo que debería cambiar en España
Los datos de Ookla confirman lo que los usuarios vivimos cada semana: el WiFi en trenes en España necesita una reforma profunda. No basta con cambiar routers o antenas dentro del vagón; hay que reforzar la red a lo largo de las vías, actualizar a WiFi 6E y 7, y facilitar el uso combinado de varias redes móviles. Con voluntad técnica y política, el salto sería enorme.