He probado el Razer Kishi V3 Pro y me he vuelto a enganchar a jugar en el móvil
El Razer Kishi V3 Pro da una nueva dimensión a tus juegps
Qué hacer si tu móvil no se conecta a Internet en el extranjero
Opera Neon, el navegador con IA agéntica llega a España


El Razer Kishi V3 Pro convierte cualquier smartphone en una auténtica consola portátil. Lo he estado usando durante varias semanas y me ha devuelto las ganas de jugar fuera del sofá, sin depender de una consola tradicional ni del mando de toda la vida.
Así es el Razer Kishi V3 Pro
Cuando tienes el Kishi V3 Pro en las manos
Lo primero que notas al tener el Kishi V3 Pro en las manos es que no es un accesorio cualquiera. Tiene el tamaño y la rigidez de un mando de consola, pero con el formato justo para abrazar tu teléfono como si fuera una Nintendo Switch. En cuanto encajas el móvil, el conjunto se nota sólido, equilibrado y sorprendentemente cómodo, incluso para sesiones largas.
El diseño está muy cuidado, con materiales que se notan premium y un acabado negro mate que evita las huellas. Se nota que Razer ha querido ofrecer un producto más maduro, dejando atrás los excesos de luces o adornos RGB. Es un mando pensado para jugar sin distracciones, con una ergonomía muy natural y un tacto que inspira confianza desde el primer minuto.
Una experiencia que engancha
Cuando empecé a usarlo, lo primero que hice fue abrir Call of Duty Mobile. Lo conecté por USB-C y, sin más configuración, el juego lo reconoció al instante. Esa sensación de “plug and play” es una de las cosas que más me ha gustado del Kishi V3 Pro: simplemente funciona. No hay que pelearse con Bluetooth ni emparejar nada.
La respuesta de los botones es rápida, precisa y con un clic suave, pero firme. Los joysticks magnéticos se mueven con una fluidez que recuerda a mandos profesionales, y no tienen ese molesto “drift” que aparece en modelos más baratos. Todo se siente más natural, más inmediato.
Y aunque no soy un jugador competitivo, he notado la diferencia. SE nota en los movimientos son más precisos, los saltos más exactos y los disparos, más limpios. En juegos de carreras o acción, la sensación de control es total.
Jugar en el tren, en el sofá o en la cama
El Kishi V3 Pro está pensado para cualquier perfil de jugador. Desde quienes disfrutamos jugando de forma casual a los que tienen en el gaming un estilo de vida. Lo he usado en trayectos en tren o en el sofá mientras estaba la tele de fondo. Convertir el móvil en una consola portátil cambia por completo la forma de jugar.
Además, al tener un puerto USB-C con paso de carga, puedes enchufar el cable y seguir jugando mientras se carga el móvil, algo que parece pequeño pero marca la diferencia. No tienes que preocuparte de quedarte sin batería justo cuando te quedan dos misiones para terminar el nivel.
Eso sí, es un mando que ocupa lo suyo. No es el accesorio más ligero del mundo, pero si te acostumbras a llevarlo en la mochila, la recompensa es inmediata. Cada descanso o viaje se convierte en una partida rápida.
Razer Nexus: el centro de mando perfecto
Uno de los puntos más interesantes es la app Razer Nexus, que se abre automáticamente al conectar el mando. Desde ahí puedes ver tus juegos compatibles, grabar partidas o incluso hacer streaming desde tu PC con Remote Play.
También permite personalizar los botones traseros y ajustar la sensibilidad de los gatillos. En mi caso, los botones adicionales me vinieron de maravilla para usar atajos en juegos de conducción o activar poderes en títulos de aventura. Todo se hace en segundos, sin que debas complicarte mucho. Es cierto que algunas funciones más avanzadas solo se aprovechan al máximo en Android, pero la experiencia general en iPhone o iPad sigue siendo excelente.
Detalles que marcan la diferencia
Lo que más me ha sorprendido del Kishi V3 Pro es la consistencia. No vibra ni se afloja aunque muevas el teléfono con fuerza. Los gatillos ofrecen una resistencia suave y agradable, ideal para controlar aceleraciones o disparos con precisión.
Los joysticks TMR, además de ser más precisos, transmiten esa sensación de control absoluto. Puedes hacer pequeños movimientos con total exactitud, algo que en móviles táctiles era imposible. Y un detalle que no esperaba, el audio pasa perfectamente a través del puerto USB-C del mando, así que no pierdes calidad ni volumen al usarlo.
Lo que menos me ha convencido
El principal inconveniente del Kishi V3 Pro es el precio. Sus casi 170 euros lo sitúan claramente en la gama alta de accesorios móviles. Es un producto premium, por tanto, no para todos los bolsillos.
Tampoco es el más cómodo de transportar, su estructura rígida y su tamaño hacen que necesites un pequeño estuche si vas a llevarlo contigo a diario. Y aunque la vibración háptica Razer Sensa HD está muy lograda, solo funciona en Android, algo que resta valor a los usuarios de iPhone.
Aun así, todos esos matices se olvidan cuando empiezas a jugar. La comodidad y la precisión son tan buenas que rápidamente te olvidas del precio o del tamaño.
¿Merece la pena el Razer Kishi V3 Pro?
Sí, si te gusta disfrutar de juegos móviles como si tuvieras una consola en las manos. No necesitas ser un gamer profesional para aprovecharlo, el Kishi V3 Pro está hecho para quienes quieren jugar bien, sin complicaciones y con una sensación real de control.
Es cierto que no es barato, pero transmite calidad en cada detalle. No cruje, no falla, no se nota como un accesorio para salir al paso. Es un mando pensado para durar años y para ofrecer una experiencia de juego que cambia por completo la forma de ver el móvil.
En mi caso, ha pasado de ser un gadget curioso a convertirse en un imprescindible. Desde que tengo el Razer Kishi V3 Pro, he vuelto a jugar en el móvil con ganas. Y eso, para mí, ya justifica su precio.
Temas:
- Gadgets