Cristian Albeiro Carmona Hernández: una digitalización que pone a las personas en el centro

Cristian Albeiro Carmona Hernández

La digitalización y las personas llevan décadas viviendo entrelazadas, socorriéndose y apoyándose la una a la otra en decenas de actividades, ya sean acciones extraordinarias o del día a día. Es por ello que, sin duda, una de las preguntas que más nos hacemos como sociedad es si las nuevas herramientas de tecnología avanzada deben o no estar impregnadas no sólo de innovación, sino también de reglas y humanización.

En este sentido, Cristian Albeiro Carmona Hernández, consultor especializado en inteligencia artificial (IA), transformación digital y tecnologías emergentes, con una destacada trayectoria en España y América Latina, defiende la necesidad de una transformación digital donde las personas estén en el centro de toda acción, así como una digitalización con métricas claras y cumplimiento desde el primer día, gracias a la adopción de una agenda pragmática que conecta la adopción de IA con una formación continua, procesos bien diseñados y gobernanza responsable.

Además, frente al ruido tecnológico, también propone transformar el trabajo cotidiano con pilotos útiles, supervisión humana y seguridad por diseño, en línea con el nuevo marco europeo de IA. Por tanto, el enfoque de Cristian Albeiro Carmona Hernández busca resultados medibles en servicio y eficiencia, y convertir la innovación en confianza para empleados y clientes.

El valor de la supervisión humana

La conversación sobre la IA y transformación digital es muy común. Y es que estamos ante un fenómeno que transcurre a toda velocidad que, además, está presente en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida, tanto profesional como personal. No obstante, y a pesar de que el debate sobre digitalización y las herramientas que de ella derivan es algo que tenemos muy presente, aún nos falta aterrizar en elementos esenciales como, por ejemplo, conocer qué cambia verdaderamente en el día a día de las empresas, cómo se gobierna la tecnología y qué resultados medibles genera en clientes y empleados.

En ese terreno, la propuesta de Cristian Albeiro Carmona Hernández se integra en una tendencia cada vez más clara en Europa: impulsar la adopción tecnológica con formación continua, marcos éticos y seguridad desde el principio, evitando el «piloto eterno» y conectando cada iniciativa con objetivos de negocio verificables. Este consultor especializado en inteligencia artificial (IA) ya ha defendido que la innovación sin personas no es una ventaja, sino un signo de fragilidad: «La digitalización sólo prospera cuando la IA aprende de las personas». 

El contexto regulatorio refuerza ese enfoque. Desde el 1 de agosto de 2024 está en vigor la Ley de Inteligencia Artificial de la UE, con un calendario de aplicación gradual que prioriza la seguridad, la trazabilidad y la supervisión humana. Para las organizaciones, esto significa pasar del entusiasmo difuso a la adopción responsable: definir usos, medir riesgos y garantizar control humano efectivo, especialmente en aplicaciones de alto impacto.

De hecho, la Comisión Europea (CE) ha confirmado el pasado mes de julio que mantendrá los plazos y que no habrá «pausa» en la implantación, al tiempo que despliega un Código de Prácticas para facilitar el cumplimiento a las empresas antes de que arranquen las obligaciones más exigentes.

«La digitalización sólo prospera cuando la IA aprende de las personas»

Los datos respaldan la urgencia de profesionalizar la adopción. Eurostat constata que el uso de IA en las empresas europeas creció del 8% en 2023 al entorno del 13,5% en 2024, con avances notables en países nórdicos y un recorrido de mejora evidente en el sur de Europa. La aceleración es real, pero irregular: sectores intensivos en información tiran del promedio, mientras que actividades como la construcción o el alojamiento van por detrás. Este crecimiento desigual subraya la importancia de acompañar la tecnología con capacitación específica por perfiles y con indicadores de impacto compartidos entre negocio y TI.

En paralelo, los principales organismos internacionales sitúan la brecha de habilidades en el centro de la competitividad. La OCDE ha reiterado que sin estrategias de skills-first –aprendizaje continuo, rutas profesionales flexibles y cultura de colaboración– la digitalización se encalla o produce resultados modestos. En salud, administración y servicios financieros, los informes apuntan a la misma conclusión: la productividad mejora cuando la tecnología libera tiempo y el personal está formado para tomar decisiones informadas, no para seguir procedimientos opacos.

En este escenario, Cristian Albeiro Carmona Hernández pone el acento en el gobierno del dato y en la protección del cliente desde el minuto uno, no como apéndice final. «La ética y la seguridad no se añaden al proyecto: se diseñan. Si la gente sabe qué puede hacer, qué no y por qué, la adopción se vuelve natural y los riesgos bajan», explica. Su posición es coherente con lo que la investigación y la regulación europea reclaman: transparencia, explicabilidad y métricas de resultado que permitan auditar decisiones algorítmicas y demostrar mejoras tangibles en servicio y eficiencia.

Transparencia, explicabilidad y métricas de resultado

La conversación pública sobre IA suele oscilar entre promesas grandilocuentes y alarmas exageradas. La alternativa que plantea Cristian Albeiro Carmona Hernández es más sobria y, paradójicamente, más ambiciosa: proyectos con objetivos claros, aprendizaje semanal —aunque sea breve—, liderazgos que expliquen el «para qué», y una gobernanza que garantice que cada modelo o automatización mejore la experiencia del equipo y del cliente. «Tecnología sin criterio es aceleración en la dirección equivocada; con criterio y métricas compartidas, es una ventaja que se nota en la cuenta de resultados y en la confianza», resume.

Esa es la transición que ya se empieza a ver en organizaciones que combinan talento, procesos y tecnología responsable; una transición que, con la entrada en vigor de la Ley de IA y el incremento de la adopción empresarial, deja de ser una aspiración para convertirse en el nuevo estándar operativo en Europa.

Lo último en Tecnología

Últimas noticias