Detenido un hombre por drogar a otro hasta dejarlo en coma una semana y robarle 6.000 €

La Policía Nacional detiene a un hombre que abandonó en coma a otro en un hospital después de desvalijarlo.

Detenido un hombre por drogar a otro hasta dejarlo en coma una semana y robarle 6.000 €
Detenido por drogar y robar a un hombre.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

O.F.G. tiene 32 años y a estas alturas ya es un auténtico depredador. Pero su última cacería puede salirle muy cara. Este gallego fue detenido hace cosa de un mes por casi llevarse por delante a un incauto al que cazó en redes sociales, según la Policía. Actualmente, se encuentra en libertad. El tipo en cuestión concertó una cita con O.F.G. para contratar sus servicios sexuales y que además trajera a la fiesta droga para amenizar la velada. Y vaya si cumplió. O.F.G. se presentó puntual a su cita dispuesto a hacer pasar una noche inolvidable al hombre que le había contactado, pero no exactamente como él había planeado. El plan era drogar y  robar dinero, mucho dinero.

Los dos hombres se citaron en un hotel para pasar juntos la noche y, una vez en la habitación, O.F.G. comenzó a facilitarle estupefacientes. Los investigadores creen que además del consumo voluntario la víctima habría estado consumiendo una gran cantidad de droga durante al menos 48 horas seguidas, que fue el tiempo que los dos hombres pasaron juntos en el hotel de manera consecutiva.

Lo que la víctima no podía sospechar es que, durante esos dos días, O.F.G. habría aprovechado para tenerlo químicamente sometido y de esa manera al parecer pudo obtener datos y contraseñas bancarias para, a través de diferentes aplicaciones de telefonía móvil, realizar varias transferencias bancarias desde las cuentas del incauto a las del propio O.F.G.

Pasadas las primeras 48 horas la víctima se repuso y decidió que ya era hora de abandonar el hotel. Aún no era consciente del roto que O.F.G. le había hecho en sus cuentas, y éste, queriendo agotarlo hasta la última gota, le propuso que siguieran la fiesta en su propia casa. Oferta irrechazable.

Hasta el coma

La fiesta siguió en casa del detenido, o eso creía la víctima, que continuó consumiendo droga en grandes cantidades, mayores de las que él creía, porque la tesis de la Policía es que O.F.G. siguió sedándolo sin que se diera cuenta. Durante los periodos de inconsciencia, el ahora detenido siguió esquilmando las cuentas bancarias de su cita y cuando esta se despertaba seguían la fiesta bañada con drogas como si nada. Pero hubo un momento en el que el nuevo “amigo” de O.F.G. ya no se despertaba. Ante el panorama de que se le quedara muerto en el salón de su propia casa decidió sacarlo el mismo de su casa y llevarlo al hospital. Y así lo hizo. Y menos mal que lo hizo.

Los médicos atendieron inmediatamente al hombre, que no reaccionaba a ningún estímulo después de llevar ya varios días consecutivos bebiendo y consumiendo grandes cantidades de droga, lo que le llevó a entrar en estado de coma, del que no despertó hasta una semana más tarde.

O.F.G. tiene varias reseñas policiales por diferentes delitos.

Cuando lo hizo, los recuerdos eran borrosos y fragmentados, pero de repente esa neblina se despejo de forma súbita. De forma rutinaria abrió la aplicación de su banco y se dio cuenta de que habían volado 6.000 euros. La inexplicable ausencia del dinero y el cada vez más nítido recuerdo de O.F.G. le hizo avisar inmediatamente a la Policía.

Cuando los investigadores llegaron a casa de O.F.G. encontraron en el registro grandes cantidades de estupefacientes y envases casi vacíos de sustancias narcotizantes en estado líquido. Estaba claro que entre pastilla y pastilla O.F.G. había echado en la bebida de se víctima sedante como para dejarlo fuera de juego durante varias horas y casi mandarlo al otro barrio según los propios informes médicos.

Delincuente habitual

Los agentes identificaron a O.F.G. y su reseña policial les demostró que no era precisamente un principiante: en julio de 2017 fue detenido por un delito de malos tratos habituales y en noviembre de 2019 lo fue también por dos delitos, uno de detención ilegal y otro de tráfico de drogas. Sucedió en Valencia. Y ojo con esta reseña porque tiene un especial parecido a los delitos por los que se le acaba de detener en Madrid hace apenas un mes. Entre aquella y esta, otra reseña más, un angelito: detenido el pasado mes de agosto por malos tratos físicos.

Con esos antecedentes y el relato de su última víctima no es de extrañar que O.F.G. esté ya entre rejas. Los investigadores tratan de averiguar todavía se hay otras víctimas que no hayan denunciado o que ni siquiera recuerden habérselo cruzado en su camino.

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