Un modelo matemático ideado en Oxford concluye si una teoría de la conspiración es cierta o no
Neil Armstrong pisó la Luna en julio de 1969, pero para no pocos aquel acontecimiento fue una farsa, con distintas teorías sobre el desierto en el que pudo ser grabado o sobre el ondeo de la bandera de Estados Unidos. Es quizá la teoría de la conspiración más conocida y reproducida en todo punto del planeta. No pocas hay también sobre la autoría del asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy.
David Robert Grimes, físico de la Universidad de Oxford, ha ideado un modelo matemático que calcula la probabilidad de fallo de estas ‘versiones alternativas’. Se basa en el número de personas que deberían guardar el secreto y durante cuánto tiempo, cuenta la agencia SINC. El investigador se ha apoyado en casos reales como las revelaciones de Edward Snowden sobre la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), por las que vive exiliado.
Según el teórico, y aplicado su método, si Armstrong nunca hubiera logrado el hito por el que se le recuerda el engaño habría sido destapado en menos de cuatro años, misma conclusión que extrae por ejemplo con el negacionismo del cambio climático. «Pensar que no es verdad que el hombre ha llegado a la Luna puede no ser perjudicial, pero tener creencias falsas sobre las vacunas puede resultar fatal», afirma el científico.