Las trabajadoras han sido despedidas tras hacerse públicas las imágenes

La Fiscalía de Cataluña investiga el maltrato a una anciana en Tarrasa

Ver vídeo
Imagenes de dos trabajadoras de una residencia maltratando a una anciana

Elisa es una anciana que vive en la residencia Mossen Homs de Tarrassa, Cataluña que ha sufrido un maltrato injustificable. La mujer ha sobrevivido al coronavirus pese a su edad y a ser interna de uno de los mayores focos de contagio y muerte, las residencias. Sin embargo, esta anciana ha sido víctima de una humillación que, por si fuera poco vivirla en primera persona, encima se ha hecho no solo pública sino viral. Ante las despreciables imágenes, la Fiscalía de catalana ha decidido abrir una investigación por el maltrato a la anciana.

Los hechos

Dos auxiliares con contrato de becarias de la residencia donde vive Elisa grabaron un vídeo, que posteriormente una de ellas subió a Instagram, donde se puede ver como mientras una de las implicadas se supone que está dando de comer a la mujer no deja de proferir frases, y expresiones, insultantes e hirientes como “abre la puta boca ya”, “Vieja cascarrabias” o “gorda”. La agresora insulta a la anciana mientras, al mismo tiempo, se disculpa ante la cámara diciendo: “no soy así, es que me saca de quicio”.

Es más, la trabajadora de la residencia, no solo no se conforma con insultar y vejar a Elisa, sino que además le tira la mediación porque, según su interpretación de la situación, la señora no la quiere tomar. Así, en lugar de hacer su trabajo y tratar de que se la tome, la agresora le espeta: “Ya verás cuando te duela”, prolongando el maltrato a la anciana.

Toda esta cadena de desagradables acontecimientos sucede no solo con una testigo que no hace nada por impedir la agresión, sino que como si de una quinceañera que observa como se le hace ‘bullyng’ a un compañero se tratara, se dedica a grabar el maltrato mientras, de vez en cuando, se enfoca a si misma.

Reacciones

Las reacciones a semejante salvajada de vídeo no se han hecho esperar. Por un lado, la Fiscalía de Cataluña ha informado que ha incoado Diligencias de Investigación Penal (DIP). El Ministerio Público señala que los hechos, relatados en las diferentes informaciones publicadas en los medios de comunicación, resultan de “innegable gravedad objetiva” y podrían ser constitutivos de un delito contra la integridad moral y contra la intimidad, y de otro de descubrimiento y revelación de secretos. Es dicha gravedad lo que, a juicio de la Fiscalía, justifica la apertura de las DIP.

Para investigar lo sucedido, más allá de las imágenes que se han hecho públicas, se comisionado a los Mossos d’Esquadra a practicar las averiguaciones correspondientes para acreditar los hechos denunciados, recabando las actuaciones seguidas por los departamentos de Salud y Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat.

Todos estos departamentos han abierto expedientes a las dos abusadoras.  También se ha oficiado a la comisaría de Terrassa para que investigue este maltrato a la anciana.

La residencia en la que han sucedido los hechos ha explicado que «ya ha tomado medidas sobre el asunto». Ambas mujeres han sido apartadas de sus empleos y se les ha abierto un expediente, según ha informado Servicios Sociales después de que numerosas personas les alertaran sobre la existencia del vídeo.

Por su parte, el alcalde de Tarrassa, Jordi Ballart, también ha condenado el maltrato sufrido por Elisa a través de un mensaje en Twitter y ha pedido que la Generalitat actúe, ya que la residencia es concertada.

Lágrimas de cocodrilo

Tras hacerse viral el vídeo, una de las implicadas ha colgado en sus redes, que ahora son privadas, una especie de disculpa que ha sido muy criticada por los internautas. En otro vídeo, la joven ha pedido disculpas “a todos los que se hayan podido sentir ofendidos”, a la vez que decía, «tengo que decir que grabar este vídeo ahora se me está haciendo súper complicado, pero creo que es necesario».

En ningún momento de sus supuestas disculpas le ha hablado a la verdadera víctima, Elisa. De hecho, lo máximo que llega a asumir es cuando dice: «Soy consciente del acto que hemos hecho».

Lo último en Sociedad

Últimas noticias