China termina con la política del hijo único después de más de 30 años

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Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
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El Gobierno chino ha anunciado este jueves el fin de la política del hijo único y autorizará a partir de ahora a todas las parejas a tener dos, indicó un comunicado del Partido Comunista difundido por la agencia oficial Xinhua.

Esta decisión histórica llega dos años después de que el gobierno autorizara tener dos hijos a las parejas con uno de sus miembros que también sea hijo único. El objetivo es corregir el desequilibro entre hombres y mujeres y frenar el envejecimiento de la población.

Las autoridades chinas intentaron corregir la explosión demográfica que vivió el país en los años 50 y 60. En 1979 se adoptó la política que prohibía a las parejas tener más de un vástago, salvo en áreas especiales o a los miembros de algún grupo étnico minoritario. La idea era poder reducir el impacto negativo del exceso de población con el objetivo de no superar los 1.200 millones en el año 2000.

La presión social sobre las parejas fue en aumento. De hecho, se pusieron en marcha programas especiales para que las parejas se comprometieran a no tener más de un hijo. Aquellos matrimonios que cumplían a rajatabla con la ley tenían beneficios sociales: una baja de maternidad más prolongada, mejores servicios pediátricos, preferencia en la asignación de vivienda e incluso ayudas en metálico.

En el año 2007, un equipo de académicos extranjeros analizó el impacto de las políticas gubernamentales para el control de la natalidad.  El profesor Wang Feng, de la Universidad de California, Irvine, aseguraba que «el ratio de fertilidad —el número de hijos que se espera que una mujer tenga en su vida— se redujo de cinco a dos» y esto ocurrió antes de que se introdujeran las medidas en 1978 debido, probablemente, a un descenso de la fertilidad de las mujeres más que por las medidas implantadas por el Gobierno.

El ratio de fertilidad de las mujeres es importante por las consecuencias que puede tener en la pirámide demográfica. Las autoridades chinas esperaban que no superar el 2.1 para evitar la sobrepoblación, pero los expertos independientes como el profesor Wang avisaron que ese ratio estaba en el 1.5, lo que ocasionaría una grave distorsión en la pirámide de población, como se ha visto ahora, y que ha obligado a las autoridades chinas a terminar con la política de control demográfica que se venía aplicando.

China se ve obligada a levantar la prohibición de tener más de un hijo porque se encuentran con un problema que explotará en el futuro y es que habrá una mayoría de población anciana frente a una reducida masa trabajadora y el desproporcionado número de varones con respecto al de mujeres.

 

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