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Ni pesas ni bici: el mejor truco para perder tripa tras los excesos navideños no es el ejercicio, según los expertos

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Cinta métrica y mujer de fondo con ensalada y jugo. Imagen de Freepik
  • Betania Vidal
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Después de Navidad, muchas personas hacen lo mismo: se calzan las zapatillas y prometen salir a caminar o a correr para quitarse la tripa que ha aparecido. El gesto puede parecer lógico, pero no es lo más eficaz. Al menos, no por sí solo.

La clave para reducir la grasa abdominal no está tanto en moverte más como en volver a comer de forma coherente. Algunos expertos en nutrición, como por ejemplo la institución académica Johns Hopkins Medicine, coinciden en que la alimentación tiene gran impacto cuando se trata de perder grasa acumulada, especialmente en la zona del abdomen.

Tras unos días de comidas copiosas, alcohol y horarios desordenados, el cuerpo necesita reajustarse. Volver a una rutina sensata en la mesa es el primer paso para que la tripa empiece a bajar. Sin una base alimentaria sólida, el ejercicio sirve de poco.

Ajustar lo que comes como punto de partida para perder tripa tras Navidad

El único problema con las fiestas no es que se come de más, sino que también se come distinto. Más azúcar, más harinas refinadas, más alcohol y menos fibra. Tu cuerpo se sale por completo de la rutina. Ese cambio favorece la acumulación de grasa visceral, la que se esconde en el abdomen y se asocia a un mayor riesgo metabólico.

Frente a esto, la recomendación principal luego de algunas comidas con excesos no es hacer dieta estricta ni contar calorías; es simplificar. Reducir cantidades de forma general, priorizar cocciones sencillas como plancha, horno o vapor y moderar el uso de aceite ya hace la diferencia en pocos días.

Otro ajuste importante es volver a estructurar las comidas. Saltarse cenas o sustituirlas solo por fruta no ayuda, ya que genera picos de hambre y favorece que al día siguiente comas peor. Es más efectivo hacer cenas ligeras pero completas, con verdura y una fuente de proteína que sacie.

También conviene recortar hidratos refinados durante un tiempo. No eliminarlos, sino desplazarlos. Menos pan blanco, bollería o refrescos y más verduras, legumbres y alimentos ricos en fibra. Este cambio ayuda a regular la insulina, una hormona clave en el almacenamiento de grasa abdominal.

Otros hábitos que ayudan a perder tripa tras las fiestas

Una vez la alimentación vuelve a su sitio, hay pequeños ajustes que suman y facilitan que el cuerpo vaya perdiendo grasa poco a poco.

  • Reduce el alcohol durante unas semanas. Incluso beberlo en pequeñas cantidades dificulta la pérdida de grasa abdominal.
  • No te obsesiones con la báscula. Valora si comes con más regularidad, si tienes menos hinchazón y si te notas con más energía a lo largo del día.
  • Mantén horarios regulares de comida y de sueño. Dormir mal favorece el aumento de grasa.
  • Muévete, pero sin intentar compensar la comida con ejercicio. Caminar, subir escaleras o entrenar fuerza ayuda, pero no sustituye una mala dieta.
  • Evita productos ultraprocesados, aunque parezcan ligeros o bajos en grasa. Suelen concentrar azúcar y sal.

El ejercicio tiene su papel y es importante para la salud cardiovascular y el mantenimiento muscular, pero no es el primer paso. Primero se ajusta el plato y allí el abdomen empezará a responder sin necesidad de castigos ni rutinas imposibles.

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