Salud mental

La música ayuda a mejorar la salud mental de los enfermos: «Una simple canción te lleva a un encuentro»

AISS gestiona pisos tutelados para que las personas con patologías mentales se desarrollen con libertad

El bailaor Cristian Almodóvar destaca que música como el flamenco "facilita el desarrollo personal"

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Rafael Molina

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«Me estoy ocupando más de mi salud mental / que de vuestra tontería / No tengo tiempo pa’ echarle cuentas / al que quiere de mi ruina», rezan los versos de ‘Péiname Juana’, el último éxito flamenco punk del grupo ‘La Plazuela’. La música y los artistas cada vez toman más conciencia de la salud mental y los expertos en salud mental a su vez, van descubriendo el beneficio de la música en el cuidado de los pacientes. Estas dos materias se entrelazan más de lo que se conoce y eso es lo que han querido visibilizar desde la Asociación de Iniciativas Sociales para personas con enfermedad mental y otros colectivos (AISS). Su creadora y directora, Ana Villota, explica que «una simple canción te lleva a un encuentro» y que «en cuestión de un segundo te hace ponerte alegre o triste». Una utilidad muy potente para el cuidado de las personas con patologías mentales.

AISS es una organización que integra en el día a día social a personas con patologías mentales a través de pisos tutelados donde los enfermos cohabitan en libertad e independencia. Gracias a ello pueden desarrollarse a la vez que reciben los cuidados necesarios. Este viernes, 15 de diciembre, han organizado un evento con el bailaor Cristian Almodóvar, el violinista José Gabriel Nunes y el guitarrista Jonnathan El Barouki.

«El tango juega un papel de rescate»

Villota comenta que la música como el flamenco «te lleva al contacto con todas las emociones con las que has convivido toda tu vida». El violinista Nunes pone el foco en el tango, cuya melodía, para el concertino de la Orquesta Metropolitana de Madrid, «juega un papel de rescate». «El tango puede convertirse en algo muy poderoso porque juega con los contrastes», detalla el artista de origen venezolano.

Nunes también pone en valor su instrumento, el violín, para ayudar a personas con enfermedad mental porque posee «la permeabilidad» que le permite «adaptarse a los pacientes» y además destaca «su portabilidad», es decir, que puede llevarse a cualquier lugar en el que sea necesario.

El concertino de la Orquesta Metropolitana de Madrid cuenta que no es la primera vez que colabora con personas que padecen alguna enfermedad. Ha acompañado a cuartetos que ayudan a pacientes en tratamiento de diálisis «para relajarlos». «La música puede servir como un bálsamo», narra Nunes, que argumenta que su validez como un complemento para el cuidado de los enfermos está acreditada por «los médicos y los pacientes».

«El flamenco fortalece la autoestima»

Por su parte, el bailaor Cristian Almodóvar apunta que «el flamenco llega a lugares donde la palabra no lo consigue, fortalece la autoestima y facilita el desarrollo personal». Durante su trayectoria, el artista cuenta que ha tenido «experiencias con personas con problemas graves de salud mental». Gracias al flamenco, describe Almodóvar que los pacientas «mejoraban la rigidez muscular y ayudaban a mantener el contacto visual o a tolerar la presencia de otras personas».

Del flamenco, el bailaor destaca que ayuda a «mantener ágil el cerebro». Relata que algunas de las ventajas de está música es la «práctica de la memoria, y sirve para focalizarse en una única cosa». El artista rememora los progresos de pacientes que a pesar de sus «graves problemas de salud mental» han «acabado tocando el cajón y repitiendo el compás por tangos y bulerías».

«El amor de las familias se queda corto»

“Por mucho amor que den las familias, a veces, se queda corto”, así es como explica Ana Villota la necesidad de crear una entidad como AISS. “Cuando las familias tocan fondo, saben que necesitan una ayuda más allá”, explica la directora de la asociación.

AISS cuenta con pisos en varios barrios de Madrid, «en zonas muy céntricas, en el barrio de Salamanca, Chamberí y Retiro», concreta la dirigente del organismo. En esos pisos viven personas de mayores de edad que padecen enfermedades mentales como «esquizofrenia paranoide o residual, maniaco depresivos, personas con trastorno bipolar, entre otras», especifica Villota.

Lo primero que hacen cuando llegan las personas a los pisos tutelados es organizar sus rutinas porque, tal y como explica la directora de AISS, «ellos tienden al aislamiento». «Vienen con el sueño desorganizado, no tienen hábitos porque se han desestructurado por la propia enfermedad», explica Vilota.

«Viven con toda normalidad»

Una vez que han trabajado en aplicar una rutina a estas personas para crear la «estructura debida», se produce la «tutela de un equipo» de psiquiatras, psicólogos o trabajadores sociales, entre otros. Los profesionales «están 8 horas al día con ellos, hasta las 17:30», detalla la directora. Además, cuentan con un teléfono 24 horas por si alguien tiene algún problema durante el resto del día.

El objetivo que expone la directiva es «que las personas con enfermedad mental no vivan aisladas y lleven una vida integrada» y además «liberar el sobrepeso familiar» porque considera que «es muy duro manejar una enfermedad mental».

Villota celebra que gracias a la labor ejercida por AISS se evitan «pérdidas laborales, afectivas y de vida». La directora pone en valor que la asociación ha conseguido que personas con patologías mentales «vivan con toda normalidad» después de cohabitar los pisos tutelados.

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