Cómo proteger a los mayores durante las olas de calor extremo
Las personas mayores a menudo no se dan cuenta de lo vulnerables que son al calor extremo


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Las personas mayores a menudo no se dan cuenta de lo vulnerables que son al calor extremo y la mayoría no están preparadas para largos periodos de calor, según una revisión de más de 40 estudios realizada por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU).
Los científicos han descubierto en una revisión que la mayoría de los estudios se centran en cómo reaccionan las personas mayores cuando se producen olas de calor, por ejemplo, manteniéndose hidratadas o trasladándose a lugares más frescos. Sin embargo, hay menos investigaciones sobre cómo se preparan para episodios de calor prolongados, lo que, según los investigadores, puede ser una prueba de que perciben un riesgo bajo.
«El calor extremo no se suele considerar un desastre meteorológico como los huracanes o las inundaciones, pero debería serlo. No es algo visible, por lo que a menudo se le denomina el asesino silencioso», ha afirmado Smitha Rao, coautora del estudio y profesora adjunta de trabajo social en la Universidad Estatal de Ohio.
El estudio, publicado en la revista PLOS Climate, consistió en una revisión sistemática rápida de 41 estudios sobre el calor extremo y las personas mayores publicados en todo el mundo entre 2010 y 2024. La mayoría de los estudios, 29 en total, se centraron en estrategias de afrontamiento individuales, como la hidratación, los ajustes ambientales o el traslado a lugares más frescos. Un estudio examinó la preparación para el calor.
«Me pareció interesante que muy pocos estudios se centraran en la preparación. La concienciación sobre los riesgos parece ser bastante baja entre los adultos mayores y sus cuidadores», ha manifestado la coautora Fiona Doherty, doctora por la Universidad Estatal de Ohio y actualmente profesora adjunta de trabajo social en la Universidad de Tennessee.
Los investigadores consideran que esta cuestión ha cobrado cada vez más importancia en los últimos años por varias razones. Por un lado, los adultos mayores son uno de los grupos de edad que crecen más rápidamente, y en 2050 las personas mayores de 65 años superarán en número a los niños menores de cinco años.
Además, en 2023 y 2024 se registraron temperaturas récord en todo el mundo, y se prevé que las temperaturas sigan aumentando en los próximos años. Según los investigadores, es posible que los adultos mayores y sus cuidadores no estén suficientemente preparados para afrontar estos cambios.
Olas de calor
«Tendemos a reaccionar basándonos en experiencias pasadas de nuestras vidas, pero la realidad ha cambiado. Las cosas que funcionaban en el pasado para hacer frente a las olas de calor no van a funcionar en esta nueva realidad. Esto es válido tanto para quienes prestan servicios a las personas mayores como para las propias personas mayores», ha afirmado la coautora Holly Dabelko-Schoeny, profesora de trabajo social en la Universidad Estatal de Ohio.
Aunque los tiempos han cambiado, Rao señala que otro aspecto importante es que las propias personas experimentan transformaciones a medida que envejecen. «Es posible que no nos demos cuenta de que las reacciones de nuestro cuerpo al calor cambian a medida que envejecemos, y es posible que las personas mayores y sus cuidadores no se den cuenta de que algunos de los medicamentos que toman o las afecciones médicas que padecen pueden hacerlos propensos al sobrecalentamiento», indica Rao.
Al hilo la investigadora asegura que muchas muertes relacionadas con el calor entre las personas mayores ocurren en sus propios hogares y por la noche, lo que indica una vez más que es posible que no supieran que estaban en peligro.
Además de los 29 estudios que se centraron principalmente en estrategias de afrontamiento individuales, siete se centraron en la prestación de servicios a personas mayores que se enfrentan a calor extremo y, en ocasiones, a otros desastres climáticos. Doherty señaló que a menudo se prestaba más atención a proteger a las personas del frío extremo que del calor extremo, lo que vuelve a poner de manifiesto la falta de concienciación adecuada sobre los riesgos.
Atención a los mayores
El menor número de estudios que encontraron tenía que ver con medidas políticas para proteger a las personas mayores. Según los investigadores, se trata de un ámbito que requiere más atención para garantizar que las personas estén preparadas antes de que se produzca un episodio de calor extremo.
Esto puede implicar involucrar a las personas mayores, conocer sus necesidades específicas y adaptar las intervenciones. Esto podría incluir la climatización de sus hogares y proporcionar opciones de refrigeración para aquellos que no pueden permitírselas.
«Es bueno ver cambios políticos como este, que responden a lo que parece ser nuestra nueva normalidad», afirmA Marisa Sheldon, directora del Centro de Innovación para Personas Mayores de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Estatal de Ohio.
En un artículo relacionado publicado recientemente en la revista ‘Environmental Communication’, Sheldon y algunos de los coautores del estudio de PLOS Climate exploraron las preferencias y las fuentes de información sobre fenómenos meteorológicos extremos entre los adultos mayores, especialmente aquellos que son cultural y lingüísticamente diversos.
«Una conclusión convincente de ambos estudios fue la importancia de establecer relaciones. No solo conectar a los vecinos, sino también conocer las fuentes de información en las que confían las personas mayores y fomentar la confianza entre los individuos y las agencias comunitarias para que los miembros de la comunidad sigan las recomendaciones de los expertos y cambien su comportamiento cuando sea necesario», señala Doherty.
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