17 de noviembre, Día Mundial del Prematuro

El 30% de los bebés prematuros precisa de un abordaje nutricional específico para garantizar su desarrollo

Se considera que un bebé es prematuro cuando termina la gestación antes de la fecha estimada de parto. Es decir, cuando su nacimiento se adelanta más de 21 días respecto a la fecha prevista

En el prematuro, la leche materna, conlleva una mejora de la supervivencia, disminución de las infecciones graves

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bebé prematuro
Los recién nacidos en situaciones especiales requieren de más calorías y proteínas, entre otros nutrientes.

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Cada dos segundos nace un bebé prematuro en el mundo, lo que, anualmente, se traduce en unos 15 millones de bebés no nacidos a término. Concretamente, «se considera que un bebé es prematuro cuando termina la gestación antes de la fecha estimada de parto. Es decir, cuando su nacimiento se adelanta más de 21 días respecto a la fecha prevista», explica el Dr. Miguel Sáenz de Pipaón Marcos, miembro del área de Neonatología del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

Los recién nacidos conforman un grupo muy heterogéneo, entre los que una de las principales complicaciones nutricionales es el escaso crecimiento, pues se asocia con un peor desarrollo a largo plazo. De hecho, en España, al menos el 30% de los bebés prematuros precisa de un abordaje nutricional específico para garantizar su desarrollo. Por este motivo, «en ocasiones, los nacimientos prematuros se asocian con casos de riesgo nutricional. Esto no es casual, ya que durante el último trimestre del embarazo el bebé experimenta un rápido crecimiento, lo que convierte esta etapa en un momento clave para su desarrollo», puntualiza el Dr. Sáez de Pipaón.

Más susceptibles a infecciones

En este sentido, la nutrición cumple un destacado papel ayudando a los pequeños, ya que cuentan con un sistema inmunológico inmaduro y son más susceptibles a las infecciones. Para hacer frente a este gran desafío inmunitario, la leche materna es el mejor alimento, pues ha sido diseñada con una composición única ideal que proporciona numerosos efectos beneficiosos. Particularmente, en el prematuro conlleva una mejora de la supervivencia, disminución de las infecciones graves (sepsis y meningitis) o de enfermedades propias de la prematuridad, tales como la enterocolitis necrosante, la displasia broncopulmonar y la retinopatía de la prematuridad.

Además, siguiendo las palabras del Dr. Sáenz de Pipaón: «Los bebés prematuros deben recibir leche materna, pero a su vez deben llevar un seguimiento estrecho respecto a su ganancia de peso, longitud y perímetro cefálico. Así, es posible que en algunos de los casos la leche materna no aporte todos los nutrientes suficientes y se requieran suplementos para compensar esta diferencia. Por tanto, un adecuado manejo nutricional permitirá mejorar su supervivencia, desarrollará su inteligencia y reducirá el riesgo de contraer enfermedades en la edad adulta». «El manejo nutricional de los bebés prematuros consiste, principalmente, en monitorizar su crecimiento, así como atender a determinados parámetros analíticos que permitan diseñar un plan de nutrición personalizado e individualizado según cada caso», comenta el experto.

«Los recién nacidos en situaciones especiales requieren de una mayor ingesta de calorías y proteínas, entre otros nutrientes. Por ello, a partir del mes de edad, la ingesta de fórmulas hiperproteicas e hipercalóricas puede ser una buena medida para favorecer su estado nutricional, llegando incluso a ser una alternativa óptima a la leche materna, siempre que esta no sea posible», añade el Dr. Sáenz de Pipaón. «En definitiva, es importante dejar claro que la alimentación durante los primeros años de vida condiciona el presente y el futuro de estos niños. Por ello, recomendaría que los padres siguieran las pautas de sus pediatras, pues marcarán las medidas más adecuadas para garantizar el adecuado desarrollo de sus pequeños», concluye el Dr. Sáenz de Pipaón.

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