Receta de níscalos al ajillo con vino blanco

Esta receta de níscalos al ajillo con vino blanco es una de las más fáciles de preparar que existen. Un producto tan especial como los níscalos, ese fruto del bosque que podemos disfrutar recogiendo, cocinando y comiéndolos, se merece el mejor acabado posible. Para conseguir que queden con un sabor que hará saltar más de una lagrima de emoción, nada mejor que ese toque al ajillo tradicional con una grata sorpresa. El punto del vino blanco, afrutado y fresco les darán a estos níscalos el mejor acabado posible. Atrévete a probar unos increíbles níscalos al ajillo con vino blanco, el resultado te sorprenderá.

Ingredientes:

Cómo preparar unos níscalos al ajillo con vino blanco

1. Lo mejor de este plato es una materia prima de excepción, los níscalos. Esta delicia la podemos recoger en alguno de nuestros bosques que estos días después de las lluvias estarán repletos de ellos. Antes de que llegue el frío y con un otoño suave, podemos disfrutar de esta delicia.
2. Los níscalos se pueden conservar, recibiendo una primera cocción y después congelándolos, de esta manera podemos tenerlos todo el año preparados para la acción. Disfrutaremos de esta delicia en estado puro siempre que nos apetezca con recetas como ésta.
3. Limpiamos los níscalos con un trapo húmedo o los vamos a cortar en trocitos del mismo tamaño si son muy grandes, si son pequeños mejor dejarlos enteros. Podemos aprovechar aquellos de menor tamaño para esta tapa, quedará espectaculares.
4. Seguimos poniendo un chorrito de aceite en la sartén. Mientras se calienta el aceite vamos a pelar y cortar muy finito el ajo, será el elemento que le aporte ese punto de sabor tan destacado.
5. Freímos los ajos un poco antes de la llegada de los níscalos. Este tipo de alimento aporta una gran cantidad de agua, por lo que se cocinará fácilmente con sus propios jugos.
6. Pasados unos minutos rectificaremos de sal y pimienta y le añadiremos el protagonista de este salteado un vino blanco. Podemos poner la variedad de vino que más nos guste.
7. Es importante que sea un vino dulce de una cierta calidad que le aporte el toque afrutado a esta maravilla fácil de preparar.
8. Bajamos el fuego y dejamos que todos los sabores se mezclen, el alcohol se evaporará y conseguiremos de esta manera el acabado perfecto que buscamos.
9. Con todo listo picamos perejil fresco, este toque final será el que marque la diferencia. Cuando se haya evaporado gran parte del líquido y los níscalos estén casi listos, ponemos el perejil por encima.
10. Conseguiremos de esta manera el acabado perfecto para una tapa con todo el sabor de los níscalos al ajillo.
11. De esta manera tan sencilla podemos aprovechar este fruto que el bosque nos ofrece, el placer de ir a por nuestra cena y cocinarla en un abrir y cerrar de ojos. Con una cerveza fresquita o un buen vino nacional, además de una buena compañía el éxito estará asegurado.