Yolanda Díaz confunde gobernar con no dejar vivir
La última aportación de la ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz, a la «vertebración» de la sociedad española es racionalizar los tiempos de los españoles para lograr la ansiada conciliación. Pues bien, su propuesta pasa por cerrar los restaurantes a la una de la madrugada para que, a esa hora, todo quisqui esté en su casa. O sea, decretar una suerte de toque de queda general por la vía de cerrar los negocios de hostelería. Es, además de surrealista, toda una exhibición de rancio intervencionismo que revela una concepción tan totalitaria que provoca escalofríos. Esta gente confunde gobernar con no dejar vivir, porque además de castigar a los hosteleros, su medida parte de la concepción de que los horarios de la sociedad española tiene que acompasarse a los tiempos del comunismo más reaccionario, cuyo reloj se paró hace décadas.
Ligar la reducción de la jornada laboral a la racionalización de los tiempos de Yolanda Díaz es sencillamente grotesco, porque en su diseño de los horarios de los españoles lo de que los restaurantes estén abiertos a la una de la madrugada le parece una locura. Su opinión es respetable, pero lo que resulta una locura es que pretenda imponer su parecer a los españoles destrozando, de paso, el negocio de miles de empresarios. Sobrecoge pensar que el Ministerio de Trabajo esté perdiendo el tiempo en este asunto, pero sobrecoge más, si cabe, que los expertos que la asesoran apuesten porque los españoles se recojan temprano en sus casas para conciliar, entre otras cosas porque habrá españoles que a la una de la mañana estén tomándose una copa precisamente para no conciliar o para conciliar con quien les dé la gana fuera de sus domicilios. A esto se le llama libertad y a lo de la señora ministra de Trabajo se le llama meterse en casa ajena sin permiso. ¿Sería tan amable de dejarnos en paz?