¿Qué hacer con Maduro y sus ‘narcosoles’?
Lo que está sucediendo en Venezuela en modo alguno puede considerarse para cualquier español medianamente preocupado por el país que fue el más rico del mundo (puede volver a serlo) como un asunto «distinto y distante». Más bien al contrario, es algo muy propio de todo lo hispano y, si se me apura, para cualquier amante de la libertad y el sistema democrático que sin ser perfecto es el mejor de cualquier de los posibles.
Las dudas respecto al enorme pucherazo sólo habitan (en público, porque en privado reconocen el sopapo democrático esculpido en la cara del ex conductor de autobuses autorreconvertido en gran estadista) en aquellos que tienen su propio sectarismo unido a intereses espurios de cualquier tipo, incluidos los económicos. Porque Maduro/Cabello y el resto del clan de los narcosoles viven sus peores momentos y, como ha dejado dicho Felipe González, un dios para los demócratas venezolanos, más pronto que tarde tendrá que sentarse ante el juicio de la Corte Penal Internacional (CPI). Han dado un golpe de Estado y después de eso, al día de hoy, todavía continúan perpetrando el terrorismo de Estado secuestrando, torturando y asesinando a aquellos héroes que han decidido inmolarse para señalar al mundo lo que está ocurriendo en uno de los países más bellos de la tierra. El robo es uno de los más grandes habidos en el colosal universo hispano durante todos los tiempos.
Alguna información dispongo para poder escribir lo que hago seguidamente. Cuando ese régimen atroz sea derribado por las manos y la sangre del pueblo venezolano conoceremos en profundidad los nombres y apellidos que han apuntalado a los criminales comunistas y a cambio de qué. No hace falta que pierda el tiempo aquí haciendo el listado. Está en la mente, aún la boca, de todos los lectores. Esos también deben ir desfilando en una oración continúa para espiar sus crímenes.
La Historia se empeña en ocasiones en hacerse de rogar.