O la Andalucía de los ERE o la California de Europa

O la Andalucía de los ERE o la California de Europa
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.

Hubo un tiempo, tal que finales de los 80 y la década de los 90, en el que a los socialistas se les inundaba la boca de la palabra “California”. “California” por aquí, “California” por allá, “California” por acullá. “Vamos a convertir Andalucía en la California de Europa”, proclamaban desde el presidente de la Junta hasta el último alcalde socialista del pueblo más recóndito de una región con tan maravillosa gente como penosos gobernantes hasta que el inesperado Juanma Moreno entró en escena y cambió la forma de hacer las cosas.

California era el ejemplo a seguir porque, si bien el estado del Pacífico es más pobre teóricamente que muchos de la Costa Este y los que lindan con Canadá, había conseguido erigirse como el más rico de los 50 de la Unión y como el estandarte de lo que se dio en denominar “el sueño americano”. Hollywood hizo de locomotora de la economía californiana pero antes, durante y después llegaron miles de empresas de todo el país y de todo tipo que se establecieron allí convirtiendo al estado en el número 1 de los EEUU en PIB. Si fuera una nación independiente estaríamos, ojo al dato, ante la séptima economía del mundo. Fue precisamente con Ronald Reagan al mando como gobernador cuando dio el gran salto adelante. El clima meteorológico y el no menos benigno clima fiscal —entonces, ahora es el segundo peor del país— hicieron el resto.

La primacía económica se consolidó para al menos cuatro o cinco generaciones al capitanear la revolución de Internet desde la bahía de San Francisco, con Palo Alto y Silicon Valley como capitales mundiales de las nuevas tecnologías. Allí tienen su sede desde Apple hasta Google, pasando por Twitter, Meta, Adobe, Gilead, Oracle, Linkedin, Intel y un infinito número de tecnológicas. Todas o casi todas. Sólo la Tesla de Elon Musk es la excepción que confirma la regla al haberse radicado en la también próspera Texas.

Dinero destinado a paliar el drama del paro, de ahí su nombre, se desvió al bolsillo de cientos de golfos del partido de la rosa y aledaños

Pues bien, los socialistas olvidaron sus promesas y en lugar de transformar Andalucía en California, hicieron de la región un calco de las peores naciones iberoamericanas. Patrias hermanas en las que los gobernantes se dedican a practicar las más nauseabundas políticas clientelares en lugar de crear las condiciones para que se multiplique la riqueza, además de practicar el latrocinio como si no hubiera un mañana. El Plan de Empleo Rural, que desincentivaba el trabajo e incentivaba el voto al PSOE, fue una de las decenas de sistemas caciquiles y corruptos que permitieron a las huestes de Felipe González permanecer en el poder autonómico tantos años como el dictador Franco en el Palacio de El Pardo. Treinta y seis, exactamente.

El culmen de esta delictiva a la par que inmoral praxis sobrevino con los ERE, que degeneraron en el mayor robo de dinero público habido en España y en Europa excepción hecha de los insuperables Pujol. La cúpula socialista andaluza robó o ayudó a robar ¡¡¡679 millones de euros!!! No lo digo yo, lo asevera la sentencia de la Audiencia de Sevilla que está pendiente de casación en el Supremo. Dinero destinado a paliar el drama del paro, de ahí su nombre, se desvió al bolsillo de cientos de golfos del partido de la rosa y aledaños.

Hubo quien empleó este dinero público para comprar cocaína o para irse de prostitutas. Cómo sería de cantosa la cosa que acabaron condenados dos ex presidentes, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, el primero por prevaricación, el segundo por este delito y malversación. La consejera Magdalena Álvarez, que también fue ministra con Zapatero, y su homólogo Gaspar Zarrías también fueron sancionados penalmente por dictar resoluciones injustas a sabiendas. Griñán tendrá que pasar seis años entre rejas. También irán a prisión cuatro consejeros, José Antonio Viera, Antonio Fernández, Carmen Martínez Aguayo y Francisco Vallejo, y no sé cuántos viceconsejeros y directores generales. Por cierto: llama poderosamente la atención el desfase entre las condenas a los golfos de la Gürtel, 51 años en el caso de Correa y 29 en el de Bárcenas por poner sólo dos ejemplos, y la benevolencia dispensada a estos cuatro gerifaltes y delincuentes socialistas.

Las de dentro de dos domingos son unas elecciones aún más importantes que las de 2018 para Moreno y, por extensión, para Andalucía

Dicen que la gente vota con el bolsillo y, en cierta medida, así va a ser en Andalucía dentro de dos semanas. Por este motivo, todas las encuestas otorgan unánimemente la victoria a Juanma Moreno. Andalucía no es todavía, ni muchísimo menos, la California de Europa, pero sí es verdad que se han creado las condiciones para que poco a poco, sin prisa pero sin pausa, se consume este viejo sueño. Una utopía que pasa por que el PP esté en el poder al menos una década más. Las de dentro de dos domingos son unas elecciones aún más importantes que las de 2018 para Juanma Moreno y, por extensión, para Andalucía. El día 19 sabremos si se queda en un Patxi López de la vida cualquiera, el tipo que tiró a la basura el sueño de acabar con la dictadura nacionalista en el País Vasco, o si por el contrario mete la quinta rumbo a esa década que como mínimo es necesaria para que a Andalucía no la reconozca ni la madre que la parió.

Hasta ahora los tan insobornables como incontestables datos están unánimemente del lado de Juanma Moreno y su gurú económico en la sombra, Juan Bravo, un inspector de Hacienda que tiene muchísimas papeletas para ser ministro si el PP vence en las generales. La salud de la economía regional es mejor que nunca: en pandemia cayó un 9,8%, un punto menos que la media nacional, y el año pasado, 2021, creció un 6,1%, es decir, nueve décimas por encima que el conjunto de la España de ese desastre que es Pedro Sánchez.

Se han creado 250.000 puestos de trabajo cuando antaño Andalucía era una comunidad líder en destrucción de empleo. En los peores momentos de la Gran Recesión, que duró más que en ninguna otra autonomía, cinco años, las estadísticas eran desoladoras: el paro general llegó a alcanzar el 35% y el juvenil sobrepasó el 50% que se dice pronto. Cifras más propias del África subsahariana que de esa California que prometieron los socialistas de los ERE. Juanma Moreno ha logrado que los guarismos hayan caído por debajo del umbral del 20%, concretamente al 19,4%. Es cierto que el PP prometió 600.000 empleos en cuatro años pero no lo es menos que la legislatura ha durado tres y medio y que más de la mitad se ha visto alterada por el virus chino.

La única duda que han de resolver los ciudadanos andaluces es si quieren que Moreno gobierne solo o en compañía de Macarena Olona

El éxito de Andalucía es tanto más cantoso si lo pasamos por el tamiz de la alumna aventajada de la clase: Madrid. Tanto en PIB como en creación de empleo está cada vez más cerca de la región que preside Isabel Díaz Ayuso. Y Juan Bravo ha confirmado que la Curva de Laffer es infalible: habiendo suprimido ese Impuesto a los Muertos mal llamado de Sucesiones y el de Donaciones, ha recaudado 925 millones más. No sólo eso: ha puesto fin al drama de muchísimas familias andaluzas, que se veían obligadas a renunciar al piso, al apartamento o al terrenito que les había dejado su padre o su madre porque carecían de liquidez suficiente para afrontar el previo pago de ese robo en forma de tributo.

La Junta se quedaba cada año 6.000 propiedades de familias que, sobra decirlo, figuran dentro de la categoría de lo que la izquierda llama “vulnerables”. Las pudientes solicitaban un préstamo o tiraban de cuenta bancaria, inscribían el inmueble del pariente y luego hacían con él lo que les venía en gana pero no se veían en la obligación de regalarlo a la Administración. Ahora está bonificado al 99%, esto es, se abona algo menos del 1%, cuando con Susana Díaz y cía debías apoquinar el 30%. Del abuso hemos pasado a la normalidad.

Votar continuidad es lo más sensato que puede hacer un andaluz que quiera que su comunidad se transforme más pronto que tarde en la California de Europa. Por condiciones no será. Es una región con mucho más potencial del que nos vendieron esos socialistas que educaron a la ciudadanía en el espíritu de la resignación y el caciquismo: rica, trabajadora, ingeniosa y con un clima envidiable. La única duda que han de resolver los ciudadanos andaluces es si quieren que Juanma Moreno gobierne solo o en compañía de una Macarena Olona que es seguramente la cabeza más brillante del panorama político español. Lo que está claro es que Andalucía jubilará definitivamente el 19-J el saqueo, el clientelismo y la confiscación. Se acostará con la sombra del socialcomunismo al acecho y amanecerá más liberal que nunca.

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