Nos pisotean y, encima, se ríen de nosotros

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El desprecio del Gobierno socialcomunista por la transparencia alcanza cotas insufribles. Este Ejecutivo que se ha erigido como el gran triturador de los derechos y libertades, el que pretende someter a las instituciones y ciudadanos que no le bailen el agua, se permite el lujo de vacilar a los españoles. El Ejecutivo ha dado una nueva muestra de su opacidad al aplazar una solicitud de información a través del Portal de Transparencia en la que se pedía conocer el sueldo del director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, con el argumento de que la respuesta es «compleja».

La Subsecretaría de Sanidad -órgano en este caso encargado de responder- trasladó una notificación al interesado, a la que ha tenido acceso OKDIARIO, en la que un mes después se le informaba de que la solicitud no podría ser satisfecha hasta transcurrido otro mes dado el «volumen y la complejidad de la información que se solicita». Hay que tener mucha cara para considerar compleja una información sobre el sueldo de un funcionario público, cuya nómina se compone de sueldo base, complemento de destino, complemento específico, productividad y trienios. El puesto de Fernando Simón es equivalente al de un subdirector general, pues el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias depende orgánicamente de la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación.

La web Sueldos Públicos publicó al respecto que la retribución de Simón en concepto de sueldo, complemento específico, complemento de destino y complemento de carrera profesional fue de 4.507 euros al mes en 2019, sin contar los trienios de antigüedad ni el complemento de productividad. No obstante, matizaba este portal que «a esa cantidad hay que añadir, insistimos, los trienios y el complemento de productividad».

Tiene guasa que un ciudadano no pueda conocer el sueldo de un funcionario público y tiene guasa que el Gobierno se niegue a trasladar esa información con el argumento de que es «compleja». O sea, conocemos el salario de Pedro Sánchez y sus ministros, pero no podemos conocer las retribuciones de un subdirector general. ¿Qué esconde el Gobierno?

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