La mujer del presidente no puede ser conseguidora de ayudas públicas

No sólo ofrecía un software que permitía a sus usuarios manejarse por el proceloso mundo de las ayudas y subvenciones, sino que Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, publicaba vídeos en los que se dirigía a las pequeñas y medianas empresas (pymes) ofreciéndoles acceder a contrataciones, incluidas las públicas. O sea, las que otorga el Gobierno que preside su marido. El vídeo que publica OKDIARIO, difundido en marzo de 2022, deja constancia del grado de desahogo de quien, por ser la mujer del presidente, debió guiarse con mesura y prudencia. Hizo lo contrario: que la esposa del jefe del Ejecutivo haya hecho negocios vendiéndose como conseguidora de ayudas de la administración controlada por Pedro Sánchez revela una falta total de escrúpulos, con independencia de cuál sea el rumbo de su horizonte penal.

En el marco del II Congreso de Transformación Social Competitiva titulado Pymes y sociedad que organizó la UCM, Begoña Gómez grabó un vídeo donde dice lo siguiente: «Desde la cátedra queríamos mostrar cómo las pymes y la sociedad viven en una convivencia donde se toma como puente la sostenibilidad como impacto. Una sostenibilidad que no solamente es buena en función del retorno de la sociedad y el medio ambiente, sino que también es buena para las empresas en un retorno económico de cara a contrataciones, a la compra pública responsable, a retener también el talento, a contratar talento, a ser contratado con otras empresas dentro de su cadena de suministro y a partir de ahí un montón también de opciones financieras, a las cuales una pyme cuando es reconocida como pyme de impacto puede acceder».

Parece evidente que, envuelta en la retórica, Begoña Gómez ofrece sus servicios para lograr los contratos públicos que licita el Gobierno que preside su esposo, Pedro Sánchez. Insistimos: será la Justicia quien determine si hubo algo ilícito en los negocios de Begoña Gómez, pero desde un punto de vista ético su comportamiento resulta intolerable.