Cerro Muriano

Los testigos de las muertes de Cerro Muriano: «Al capitán no le afectó, dijo que eran cosas de la mili»

Los militares presentes en el ejercicio recalcan que no había "medidas de seguridad" suficientes para su ejecución

Cerro Muriano
Flores en el lago de la base de Cerro Muriano donde murieron ahogados dos militares. (Foto: Defensa)
David García de Lomana

El Juzgado Togado Central nº 2 ha iniciado esta semana una tanda de comparecencias testificales y periciales en la causa que investiga la muerte de dos militares ahogados en el lago de la base de Cerro Muriano, en Córdoba, el pasado 21 de diciembre. El juez ha citado a 42 testigos y peritos para que declaren por videoconferencia durante tres jornadas. La frialdad del capitán tras el trágico suceso ha sido el detalle más destacado de sus comparecencias.

El pasado martes declararon una docena de testigos que apuntaron a los responsables del ejercicio -consistente en cruzar el gélido lago, de 109 metros de ancho y tres de profundidad, de orilla a orilla- y corroboraron «lo que todo el mundo sabe», según explicó el abogado Antonio Granados, que representa a la viuda del cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar, que murió intentado salvar a sus compañeros.

Por su parte, Luis Romero, que defiende al soldado Carlos León Rico, destacó que los testigos afirmaron que lo vivido aquel día «fue un auténtico caos» y «pocos» consiguieron llegar «sanos» a la otra orilla. En relación con la cuerda utilizada, los declarantes coincidieron «en que no era una línea de vida, sino una cuerda guía que se hundió a una profundidad tal que muchos soldados incluso se llegaron a subir encima de ella».

Sobre el papel del capitán Ignacio Zúñiga Morillas, al mando del pelotón, la mayoría de los testimonios coinciden en que «no se introdujo en el agua en ningún momento» para auxiliar a los militares: «Sólo se metió hasta las rodillas y se quedó todo el tiempo en la orilla». No obstante, hay discrepancias con relación a este asunto, ya que «uno o dos testigos», según Romero, afirmaron que sí tiró al lago para socorrer a los soldados que se estaban ahogando. Tras el tráfico suceso, «ninguno de los jefes se presentó allí».

Respecto a las mochilas, siempre según el letrado, los declarantes no concuerdan en si los mandos dieron o no instrucciones sobre ella, pero «todos coinciden en que nadie ni ningún mando comprobó que estuvieran debidamente colocadas y estanqueizadas» para que en caso de entrar agua en ellas pudieran usarlas como flotador.

El miércoles, los testimonios confirmaron «que no había ninguna medida de seguridad». «Aquello fue caótico», «no sabíamos si faltaba alguien o no» o «aquello fue un descontrol» fueron algunas de las frases pronunciadas ante el juez, según Romero, que añadió que todos coincidieron en que la temperatura del agua era «extremadamente fría».

«Son cosas que pasan en la mili»

Sobre la actitud del capitán Zúñiga aquella misma noche, horas después de los hechos, los testigos han revelado que dio una charla en la que dijo: «Esto son cosas que pasan en la mili». Los soldados quedaron «impactados» con sus palabras, ya que ni fueron «adecuadas» ni era el «momento». Además, varios de ellos han manifestado que «no se le veía afectado».

Este jueves, última jornada fijada para esta primera tanda de comparecencias, las declaraciones han girado en torno a la falta de instrucciones concretas sobre el ejercicio. El abogado Luis Romero ha trasladado a los medios que los testigos han declarado que «sólo había una única ambulancia operativa y que no recibieron esa mañana ni el día anterior llamada ni información» alguna por parte del capitán Zúñiga, de modo que «no había previsto nada concreto en sus labores».

Otro testigo, que tenía funciones logísticas y que llegó en camión al lugar de los hechos, ha señalado que tuvo que practicar una maniobra de reanimación cardiopulmonar a un soldado porque «no respiraba», y cuando le tomó el pulso, vio que «no tenía». También ha expresado que vio a «unos veintitantos soldados con síntomas parecidos a hipotermia, con mucho frío y entumecidos». Asimismo, otro testigo ha dicho que «a unos seis o siete metros de la orilla se dejaba de hacer pie y el fango te impedía continuar avanzando».

Además del capitán Zúñiga, figuran como investigados el teniente Jaime Tato Garrido, el sargento Gustavo Álvarez Estupiñán, los coroneles Tostón Méndez y Navarro González, el teniente coronel Zanfaño Hidalgo y un comandante. El juzgado no ha fijado aún fecha para sus comparecencias.

El abogado Luis Romero, que ejerce también como acusación particular, insiste en que se investigue también la responsabilidad penal del general de brigada Ignacio Olazábal, y pide que las diligencias con relación al sargento Álvarez Estupiñán sean sobreseídas.

Lo último en España

Últimas noticias