Esto no va de Ábalos y Koldo, sino del PSOE
Parece evidente que todos los intentos del PSOE de Pedro Sánchez por levantar un dique de contención en torno a las figuras del ex ministro de Transportes José Luis Ábalos y sus asesor Koldo García, a fin de limitar los efectos del escándalo provocado por las revelaciones en sede judicial de Víctor de Aldama están siendo desmontados cada vez que el empresario tira un poco más de la manta. Lo afirmado por el empresario en el Tribunal Supremo va mucho más allá de las presuntas mordidas por adjudicación de obras públicas al que fuera número dos del partido y su hombre de confianza, porque Aldama ha apuntado directamente al PSOE como organización política implicada directamente en el caso. Según su versión, las primeras comisiones llegaron «después del viaje a México» al que Aldama acompañó a Ábalos, y que se inició justo al día siguiente de que el comisionista conociese y se fotografiara con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un mitin en Madrid. Ese fue el momento en el que Aldama quedó bendecido por el PSOE sólo 24 horas de coger aquel avión, en septiembre de 2019. Y es que ya no era cosa de Ábalos y Koldo, sino que el PSOE fue destinatario, según el empresario, de entre el 1 y el 1,5% de las mordidas obtenidas por amañar licitaciones.
Obviamente, Aldama tendrá que probar sus gravísimas acusaciones, pero su grado de penetración en los distintos departamentos ministeriales y del partido plantea una primera cuestión: si nadie conocía al empresario y todo se reduce a conversaciones sacadas de contexto, como subraya el PSOE, ¿cómo es posible que Aldama lograra tejer una red tan tupida de contactos en organismos controlados por el Gobierno? Parece obvio que Aldama llegó tan lejos como le permitió el PSOE y resulta evidente que la figura del empresario que ahora está tirando de la manta era de sobra conocida dentro del sanchismo. Por decirlo más claro: se paseaba por la administración socialista como Pedro por su casa.