Cuba: el dengue, el zika y otros, desatados
Circula en las redes el llamamiento «Declaración Ciudadana de Emergencia Sanitaria en la República de Cuba» de un colectivo que se autodenomina «La Nación Cubana» y que representa a disidentes, médicos y ONGs concernidos por la grave crisis epidemiológica que atraviesa el país y la incapacidad manifiesta del actual régimen para responder con eficacia, transparencia y humanidad. Para este colectivo, esta catástrofe debería conducir a la declaración del Estado de Emergencia Sanitaria Nacional. Porque los cubanos sufren, sin el menor género de duda, una situación de colapso sanitario sin precedentes, con propagación simultánea de arbovirosis como dengue, zika, chikungunya y oropuche, entre otros, que afectan a millones de ciudadanos en todo el territorio nacional, incluyendo niños, ancianos y mujeres embarazadas. Efectivamente, los hospitales y centros de salud se encuentran colapsados, con un personal médico trabajando en condiciones inhumanas, sin insumos básicos, sin reactivos para diagnóstico, sin medicamentos esenciales, sin agua potable ni suministro eléctrico estable.
En últimos días, los cementerios y funerarias de La Habana viven una actividad inusual y constante. Según las noticias el sistema de vigilancia epidemiológica ha colapsado completamente y las autoridades sanitarias ocultan deliberadamente la magnitud del brote para evitar el reconocimiento internacional de la crisis. Esto impide la llegada de ayuda internacional, donativos humanitarios, materiales hospitalarios, personal especializado y apoyo logístico de organismos multilaterales y ONGs, bloqueando toda vía de auxilio al pueblo. No sólo eso, como se prioriza el turismo y los intereses económicos de conglomerados militares como GAESA —que controla más de 18.000 millones de dólares en activos— por encima de la salud pública, el desastre sanitario podría extenderse más allá de sus fronteras. Por ejemplo, en X nos informan sobre una mujer cubana que llegó a España desde Cuba con un cuadro compatible con enfermedades transmitidas por mosquitos (fiebre, dolor articular intenso, cansancio extremo…) cuyas analíticas mostraron serología IgG positiva (infección pasada recientemente) para el Dengue, y una PCR para el Chikungunya que dio positiva.
El manifiesto es una iniciativa impulsada por opositores al régimen cubano, principalmente desde el exilio y grupos de la diáspora. Pero refleja una crisis real de grandes proporciones aunque régimen cubano no la reconozca y, de hecho, la minimice (el Ministerio de Salud Pública la califica de «dificultades coyunturales» sin declarar emergencia). El OCDH (Observatorio Cubano de Derechos Humanos, con sede en Madrid) lideró la demanda inicial el 22 de octubre de 2025, exigiendo una emergencia sanitaria y corredores humanitarios. La izquierda española mantiene una colaboración histórica que ignora las violaciones de derechos humanos y crisis como la actual. Diversos medios hablan incluso de «infiltración» del régimen dictatorial de Cuba a través del activismo político y de las redes de apoyo que promueven la narrativa oficial de La Habana. Esta dinámica persiste en 2025, con el gobierno español de izquierda radical manteniendo relaciones diplomáticas fluidas con Cuba, incluyendo cooperación en salud y migración, pese a las denuncias de crisis humanitarias.
A nivel europeo la complicidad siempre fue flagrante entre la izquierda y el socialismo cubano. Según mi experiencia, la defensa de los derechos humanos en Cuba se circunscribía a la derecha moderada, gran parte de los liberales o los grupos conservadores. En mayo de 2025, activistas cubanos como Carolina Barrero criticaron a Europa (incluyendo a España) por «apuntalar» al régimen autoritario con políticas que garantizan su permanencia, en lugar de condicionar la ayuda a reformas democráticas. En julio 2025, más de 25 eurodiputados (incluyendo españoles del PP) exigieron romper vínculos con el régimen y auditar fondos de la Unión Europea. Lamentablemente, antes y ahora, grupos como S&D (socialistas, con el PSOE español) y la izquierda en general han bloqueado o diluido resoluciones, defendiendo el diálogo con La Habana. Incluso el mismo PSOE fue criticado por filtrar información interna al régimen cubano, según denuncias de opositores. Cuando caiga el «sanchato» sabremos mucho más.