De abuelos a nietos, endeudados hasta las cejas

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Las cifras oficiales del Banco de España dejan lugar a pocas dudas. La deuda pública desde que en 2018 Pedro Sánchez llegó al poder, se ha incrementado en 400.000 millones de euros. Insisto, cifras oficiales. Pero es que, además, el propio Banco de España ha detectado una ocultación de obligaciones de deuda por otros 95.000 millones de euros. Es decir, medio billón (con B de burro) más de deuda pública, a mayor honra y desfachatez de Sánchez.

Resumiendo, abuelos, padres, hijos y nietos endeudados de por vida y con una losa que podrá levantarse, si es que se puede, en un siglo. Es lo que algunos estudiosos de la teoría económica llaman «estado fallido». Y enciman alardean de que la economía española «va como un cohete», amparados en unas macrocifras que están trufadas de adulteración por las ayudas exteriores y esa misma deuda soberana. Se trata de la irresponsabilidad mayúscula de unos gobernantes a los que importa una higa hipotecar el futuro de las nuevas generaciones y las que están por venir. Ese es su gran legado, por cierto, permitido por la entidad transnacional que es la Unión Europea. Primero fue por la pandemia, luego en aras a la recesión.

El sanchismo sólo subsiste a base de dinero fácil y dejar al país en quiebra. Según el Banco de España, que ha destapado una deuda pública oculta, los pasivos del Estado rozan el 108% del PIB y las obligaciones totales rondan el 115%. Gastar como si no hubiera un mañana y como si el dinero público no fuera, en efecto, de nadie. Es el socialismo histórico en estado puro. Todo ello cuando la recaudación impositiva alcanza máximos históricos y sin resquicio alguno para meter aún más la mano pública en el bolsillo ciudadano.

El caso de Sánchez resulta especialmente grave. Pese a las advertencias desde Bruselas, instancia en donde reside la responsabilidad sobre la salud de la moneda única, el jefe del Gobierno español siempre encuentra subterfugios para evadirse de una culpa que le compete. Y eso que alardea de ser economista (antes liberal, ahora populismo puro), con una tesis fake, como todo lo que rodea al marido de Begoña Gómez. Oculta unos datos que, si los españoles los conocieran en toda su gravedad, irían directos en peregrinación al Complejo de la Moncloa a exigir responsabilidades.

¡Siempre ha sido más cómodo esconder la cabeza bajo el ala que presentar batalla al leviatán!

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