Sánchez, un presidente en busca de autor

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Cuando una observa el vodevil en el que se ha convertido la política española, más ternura y comprensión le suscita la figura de Estanislao Figueras y Moragas. El que fuese presidente de la Primera Republica decidió -ante la crisis económica, política, institucional, golpes de Estado y demás disparates- huir. Así, tal cual. Se marchó a Paris no sin antes pronunciar una de esas frases que, en nuestra España ingobernable, nunca pasará de moda: «Señores, voy a serles franco: estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Y se marchó del Consejo de Ministros y de España. Hoy, el lenguaje paritario y la memoria histórica darían otra apariencia a aquel pronunciamiento, “señoras y señores, voy a serles sincero. Estoy hasta los cojones (porque no tengo ovarios) de nosotros y nosotras”, pero su vigencia es indiscutible. Decía ayer José María Aznar, en una charla junto a otro ex presidente del Gobierno, Felipe González, que “en España no se toma una decisión importante desde hace cinco años”. Cierto, pero, además, la ausencia en la toma de decisiones implica un rápido avance de los desequilibrios y desajustes que acechan a nuestro país.

El gran responsable de esta parálisis es Pedro Sánchez, un presidente en busca de autor. Como en la obra de Pirandello, Sánchez no ha pasado de la “imaginación”, del marketing, a la realidad institucional. Busca que alguien, el que sea, le convierta en presidente del Gobierno. Le vale todo: lo centrípeto y lo centrifugo; las derechas y las izquierdas, lo minoritario y lo  mayoritario… El lunes apuesta por un gobierno de las izquierdas apoyado por los golpistas; el martes, de las izquierdas, pero sin las izquierdas; el miércoles, de las izquierdas, pero sin los golpistas; el jueves, un gobierno gracias a los golpistas, pero sin las izquierdas; el viernes, un gobierno en coalición con los constitucionalistas; y, el fin de semana, piensa que no necesita a nadie porque “pasarán cosas” y todas las formaciones políticas acabarán apoyando su candidatura. Pero, ¿qué proyecto tiene Sánchez para España? Ni lo sabemos nosotros, ni creo, a estas alturas, que lo sepa él. Lo cierto es que un presidente en busca de autor es lo peor que podía pasarle a un país en eterno conflicto contra sí mismo.

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