El restaurante 100% recomendable de Madrid favorito de Pérez Reverte: «Cuelgo el sombrero»
Un restaurante especializado en la cocina tradicional madrileña

Si eres amante del buen comer, Arturo Pérez-Reverte ha compartido su lugar favorito para disfrutar de un buen cordero en Madrid. Con más de 2,5 millones de seguidores en redes sociales, el escritor y académico de la RAE, recomienda un asador histórico situado en pleno centro de Madrid, cerca de la emblemática Plaza Mayor. Con varios siglos de historia, el restaurante se ha convertido en un referente para quienes buscan platos tradicionales españoles en un ambiente auténtico y acogedor. La especialidad del lugar, como indica Pérez-Reverte, es el cordero.
A lo largo de los años, La Posada de la Villa ha recibido a figuras destacadas de la política, la cultura, el arte y el deporte, así como a visitantes de todas partes de España y del mundo. De hecho, muchas de sus sillas llevan inscrito el nombre de quienes disfrutaron de su gastronomía. Gracias a su trayectoria y prestigio, ha recibido numerosos reconocimientos y premios, como la inclusión en la Guía Michelín, el Gran Collar Gastronómico Internacional o el Premio Nacional de Gastronomía Internacional, entre otros.
La Posada de la Villa
«La Posada de la Villa cuenta con tres plantas para un gran aforo de personas y en ellas varios salones privados se adaptan perfectamente a las necesidades de nuestros clientes. Su decoración es elegante, y resalta en todos sus detalles el encanto de las grandes posadas de antaño que tanto protagonismo adquirieron en el viejo Madrid de los Austrias».
En el corazón del barrio de La Latina se encuentra La Posada de la Villa, un establecimiento centenario cuyos orígenes se remontan al siglo XVII, cuando funcionaba como el único molino de harina de Madrid. En 1642, el edificio se convirtió en la primera posada de la Corte, ofreciendo comida y alojamiento a todos los viajeros que llegaban a la ciudad. Con el paso del tiempo y la decadencia de las casas de hospedaje, la posada también se vio afectada. Fue en 1980 cuando Félix Colomo la rescató y llevó a cabo una minuciosa restauración, convirtiéndola en el restaurante que conocemos hoy.
El restaurante se distribuye en tres plantas y tiene capacidad para 235 comensales, incluyendo varios salones privados ideales para celebraciones y comidas de grupo. La carta del restaurante está dedicada a los platos más representativos de la gastronomía castellana y madrileña, con especial atención a sus especialidades: el cocido madrileño, cocido en puchero a fuego lento, y los asados de cordero lechal en horno de leña, que destacan por su sabor y jugosidad.
Carta
«Ofrece una cuidada cocina elaborada con los platos pertenecientes a la gastronomía castellana y madrileña. Una selecta carta de calidad, donde destacamos los asados de cordero lechal en horno de leña, el cocido madrileño hecho en puchero y lumbre baja, la gallina en pepitoria, los callos a la madrileña, carnes, pescados y nuestros postres típicos de Madrid».
La carta de La Posada de la Villa refleja la tradición y riqueza gastronómica de Madrid, combinando recetas clásicas con productos de máxima calidad . Entre sus especialidades destaca el cuarto de cordero asado en horno de leña, un clásico que atrae tanto a locales como a visitantes, y el cocido de puchero, disponible por encargo.
En los entrantes, el restaurante ofrece una amplia variedad de embutidos y quesos, como el jamón de bellota, el lomo embuchado, el queso manchego o el surtido ibérico, ideales para compartir y abrir el apetito. También destacan sopas y caldos tradicionales, como la sopa de ajo con huevo, la sopa de cebolla, el caldo posada y el gazpacho en temporada, así como platos más consistentes como callos a la madrileña, caracoles en salsa, almejas salteadas o gambas al ajillo. Entre las verduras y guarniciones, se pueden encontrar opciones como pisto manchego, setas a la parrilla, trigueros a la plancha, pimientos del piquillo y ensaladas variadas.
En la sección de carnes, destacan el lomo de buey, el chuletón de ternera, las chuletitas de lechal, el braseado de gamo y el rabo de toro estofado, preparados con maestría para resaltar su sabor y jugosidad. Los pescados también tienen presencia con propuestas como merluza a la cazuela, lubina a la plancha, bacalao de la casa, salmón a la parrilla, lenguado a la plancha y cocochas.
Entre los guisos, el arroz con conejo y la pepitoria de gallina son una clara muestra de la cocina casera, mientras que las guarniciones, como la patata panadera, patata asada o patatas fritas, acompañan perfectamente cualquier plato.
Finalmente, la carta se cierra con postres que son un homenaje a la repostería clásica española, como el postre posadero, milhojas, bartolillos, leche frita, requesón con miel, cuajada casera, tarta de queso, tarta de chocolate, flan al caramelo, helados y sorbetes artesanos, entre ellos el sorbete de limón con cava, el sorbete de manzana con sidra, fruta de temporada y el queso manchego con dulce de membrillo.