La embajadora taiwanesa Vivia Chang: «Pedimos a la ONU que no excluya a Taiwán»
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La embajadora Vivia Chang es la nueva representante de la República de China (Taiwán) en España. Llegó a Madrid para ocupar su nuevo cargo a finales de julio, tras una dilatada carrera diplomática a sus espaldas en el Ministerio de Asuntos Exteriores y en Latinoamérica, en destinos como Paraguay y Brasil. Vivia Chang ha sido con anterioridad representante en Portugal y embajadora de la República de China (Taiwán) en Honduras. La entrevistamos para OK Diario coincidiendo con la celebración de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, de la que Taiwán está excluido debido a las presiones de China. Hablamos con ella sobre la necesaria participación de Taiwán en la ONU y nos interesamos por sus prioridades e intereses tras su llegada a España.
PREGUNTA.- ¿En qué aspectos va a centrar su labor al frente de la delegación de Taiwán en España?
RESPUESTA.- Estoy encantada de que mi gobierno me haya dado la nueva función de trabajar en este maravilloso país. Pienso mantener una línea de continuidad con los importantes avances logrados, y fomentar más la aproximación e intercambio entre ambos pueblos, sobre todo en ámbitos como el económico y comercial, el turístico, el cultural, el académico y el político. Por ejemplo en lo comercial, ya he tenido oportunidad de visitar la empresa Stadler Rail, en Valencia, con la que la Administración Ferroviaria de Taiwán ha firmado un importante contrato para la compra de 34 locomotoras de tren por valor de 160 millones de euros. En cuanto a los intercambios académicos, el pasado mes de agosto entregamos 21 becas para estudiantes e investigadores españoles, programas que facilitarán el intercambio y conocimiento más directo entre España y Taiwán. Con estas son ya cerca de 200 becas las que hemos concedido en los últimos años. En el ámbito cultural, esta misma semana celebramos en Barcelona un ciclo de cine de uno de los directores taiwaneses más prestigiosos, Edward Yang. Y en lo político, queremos mantener nuestras relaciones con el poder legislativo y trabajar para lograr una mayor interacción con el ejecutivo, en busca del beneficio mutuo para ambos pueblos.
P.- Ahora que la ONU celebra su Asamblea General, ¿cómo afronta Taiwán su exclusión de este organismo debido a las presiones de China?
R.- Bajo el lema «Reconstruir la confianza y reavivar la solidaridad mundial», la Asamblea de la ONU de este año se centra en que es necesario que todas las naciones se unan y aceleren los esfuerzos para alcanzar la paz, la prosperidad, el progreso y el desarrollo sostenible para todos. Frente a los desafíos que afronta el mundo, la comunidad internacional no se puede permitir la exclusión de un socio preparado para cooperar y contribuir a la sociedad internacional como es Taiwán. Taiwán es una fuerza internacional para el bien y un miembro responsable de la comunidad global, dispuesto a trabajar con naciones de todo el mundo para contribuir con sus capacidades y experiencia a lograr un entorno de paz y seguridad, así como un crecimiento sostenible y una recuperación mundial tan necesaria tras la pandemia. Por eso, hacemos un llamamiento a la ONU para que sostenga su principio de “no dejar a nadie atrás”, permitiendo a Taiwán una participación significativa en todas sus reuniones, mecanismos y eventos, particularmente aquellos relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
P.- ¿Qué significa para el pueblo de Taiwán estar excluido de la ONU?
R.- El sistema de las Naciones Unidas se estableció para servir al interés público y a todos los pueblos. El acceso a las Naciones Unidas debería ser un derecho para todos y no sólo un privilegio para algunos. Por eso, es inaceptable y lamentable que la ONU no permita el acceso a los ciudadanos taiwaneses para visitas y reuniones. Y que los medios de comunicación y periodistas taiwaneses tampoco puedan obtener acreditación para cubrir reuniones y eventos de la ONU. Es alarmante que se esté restringiendo el espacio cívico y la libertad de prensa en la propia ONU. También es injustificable que la precondición de acceso de una persona a las instalaciones de la ONU dependa de su nacionalidad.
P.- Sin embargo, China continúa presionando a la ONU y reclamando Taiwán como parte de su territorio.
R.- Es innegable que Taiwán y la República Popular China no se subordinan entre sí. La comunidad internacional debe saber que solo el gobierno democráticamente elegido de Taiwán puede representar a sus 23,5 millones de habitantes en el escenario internacional. Permitir la participación de Taiwán en la ONU haría justicia con los 23,5 millones de taiwaneses, otorgando a Taiwán el lugar que merece dentro de la comunidad internacional.
P.- ¿Se sentiría Taiwán más seguro ante las amenazas de China si formara parte de la ONU?
R.- Creemos que las Naciones Unidas continúan siendo la mejor plataforma para el diálogo mundial. Las consecuencias humanitarias y económicas de la guerra en Ucrania han demostrado que, en un mundo globalizado, las crisis no pueden contenerse dentro de las fronteras nacionales. Las continuas y crecientes provocaciones militares de China en el Estrecho de Taiwán han puesto en peligro la paz y la estabilidad tanto regionales como globales. La paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán son indispensables para la seguridad y la prosperidad a nivel mundial.
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