Alimentación

Cómo saber si un huevo está podrido

Huevo podrido
Pasos para saber si un huevo está podrido

Los huevos como cualquier otro alimento pueden acabara pudriéndose si no se consumen dentro de su fecha de caducidad. Comer un huevo podrido o caducado puede significar que nuestra salud esté en peligro. Existe un riesgo elevado de intoxicación alimentaria por Salmonella o salmonelosis.

Por ello, si te fijas, cualquier huevo que compres en la actualidad suele llevar una fecha impresa. De hecho lleva dos: la de la fecha de consumo recomendado que suele estar dentro de los 21 días después de la deposición, y la fecha de caducidad que marca los 28 días a partir de la deposición. Durante el período de tiempo entre la deposición y las fechas de consumo el riesgo de contaminación por salmonelosis aumenta en un 40% si consumes los huevos ligeramente cocido y en un 50% si los tomas crudo. En el peor de los casos, cuando la fecha de venta es de 42 días y la fecha de vencimiento es de 70 días, el riesgo aumenta aproximadamente tres veces para los huevos crudos y poco cocidos. Los resultados son similares también para los huevos utilizados en los servicios de catering, que generalmente se distribuyen directamente por los mayoristas sin pasar por las ventas minoristas de modo que no siempre cuentan con esas fechas marcadas.

Entonces, ¿cómo saber exactamente si un huevo está podrido? Si no tienes opción de comprar huevos que tengan garantía 100% de que son frescos, tienes estas opciones que ahora te ofrecemos y que te servirán para identificar con facilidad, los huevos podridos de los que no lo están.

Pasos para saber si un huevo está podrido

Huevo podrido

  1. Prueba del agua: Lo más básico de todo es hacer la prueba del agua que consiste en llenar un vaso con agua y meter el huevo dentro. Si este flota significa que no es fresco de modo que puede que esté podrido. En el caso de que caiga hacia el fondo del vaso significará que es fresco.
  2. Olor: Por otro lado una de las cosas que más identifica un huevo podrido es el olor. Cuando abras el huevo, acerca la nariz y huele, notarás enseguida si el olor que desprende o no es el de un huevo podrido.
  3. Color: El color de la yema es también indicativo de un huevo podrido. Rompe el huevo y lo echas en un plato o recipiente, observa la yema, si ves que es toda del mismo color y este es brillante será un huevo que puedes consumir. Si notas un color apagado o ves que la yema es amarilla y naranja a la vez es posible que esté podrido.
  4. Fecha: Como no, debes mirar siempre la fecha, tanto la de empaquetado como la de consumo y la de caducidad. Vienen marcadas tanto en los cartones de huevos, como en cada huevo que contienen estas cajas.

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