Conmoción en la arqueología: aparecen en República Checa esqueletos de dos mujeres y un bebé de 6.000 años de antigüedad


En el sur de Moravia, en la actual República Checa, se encuentro el bosque de Krumlov, una zona que desde el siglo XIX se reconoce por sus ricos yacimientos de sílex, la piedra más apreciada en la Prehistoria para la fabricación de herramientas. Durante los años 90, un equipo de arqueólogos comenzó a excavar este paraje, sin imaginar que en el interior del «pozo número 4» aparecerían los restos de dos mujeres, un bebé depositado sobre el pecho de una de ellas y un perro pequeño.
El hallazgo, datado en torno a hace 6.000 años, plantea un abanico de interrogantes que mantienen en vilo a la comunidad científica: ¿se trató de un sacrificio humano, de un ritual funerario, o de una trágica combinación de enfermedad, trabajo forzado y muerte? En la Prehistoria, el sílex era muy importante para fabricar cuchillos, puntas de flecha, raspadores y hachas pulidas, entre otras herramientas. El bosque de Krumlov, con sus pozos y galerías, pudo haber sido un centro neurálgico de esa «industria lítica».
El sorprendente hallazgo arqueológico en la República Checa
El estudio, publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, ha permitido reconstruir las vidas de estas mujeres con detalles, cuyas edades oscilaban entre los 30 y 40 años. Los análisis óseos revelaron signos de desnutrición en sus primeros años de vida, lo que probablemente condicionó su desarrollo físico: ambas medían alrededor de 1,46 y 1,48 metros. Sin embargo, su dieta mejoró en la adultez, hasta el punto de abundante carne, un alimento de lujo para la mayoría de las comunidades agrícolas.
Las vértebras de ambas mostraban un desgaste extremo, con signos de artrosis, hernias discales y malformaciones asociadas a esfuerzos continuados. Además, una de ellas presentaba una fractura mal soldada en el codo. Los investigadores han concluido que trabajaban encorvadas durante largas jornadas, probablemente extrayendo sílex en el interior de los pozos.
Si los restos de las dos mujeres ya resultaban inquietantes, la presencia de un bebé añade un misterio aún mayor a este hallazgo. El hecho de que estuviera sobre el pecho de una de las mujeres sugiere un gesto deliberado que no se puede entender como una mera coincidencia. Los análisis genéticos confirmaron que no era hijo biológico de ninguna de ellas, y los investigadores plantean las siguientes hipótesis:
- El niño pudo ser depositado como ofrenda, quizá en un acto destinado a asegurar la prosperidad de la mina o a apaciguar a los dioses de la tierra.
- Quizá el pequeño falleció en el mismo período y fue enterrado junto a ellas en un acto simbólico de comunidad.
- También cabe la posibilidad de que el niño representara una «vida por otra vida», una idea presente en muchas religiones antiguas.
Junto a los tres cuerpos humanos apareció el esqueleto de un perro pequeño. Pudo tratarse de un animal de compañía, sacrificiado para seguir a su dueña al más allá, o bien de una ofrenda ritual. En ambos casos, su presencia confirma que el entierro tuvo un carácter especial y no fue fruto del azar.
Reconstrucciones faciales
Una de las aportaciones más sorprendentes del estudio fue la reconstrucción facial de las dos mujeres. Gracias a técnicas de antropología forense, los investigadores lograron crear bustos hiperrealistas que se encuentran en el Museo Museo Provincial de Moravia.
La buena conservación de los cráneos permitió realizar una reconstrucción facial hiperrealista en 3D. Los análisis genéticos añadieron un detalle inesperado: una de ellas tenía ojos azules con un 90 % de probabilidad, mientras que la otra presentaba ojos verdes o avellana.
Sacrificio o trabajo forzado
Los especialistas no se ponen de acuerdo sobre el significado de este hallazgo. Una de las principales teorías es el sacrificio humano; enterrar allí a las mujeres, al bebé y al perro habría sido una ofrenda para garantizar el éxito de las explotaciones. Otra interpretación plantea que los pozos eran percibidos como portales hacia los espíritus, de manera que el entierro sería un modo de conectar con los antepasados.
«La investigación, además, es relevante por otra cuestión: apoya la hipótesis de que las mujeres también trabajaron de manera directa en la minería. Sus cuerpos muestran lesiones coherentes con actividades desgastantes como la extracción y el transporte de sílex en túneles estrechos, tareas para las que su baja estatura pudo ser ventajosa. Algunos investigadores sugieren que esta actividad profesional no deriva de una elección propia, sino que podrían haberse seleccionado como fuerza laboral vulnerable y fácil de controlar», detalla Muy Interesante.
En definitiva, el entierro de las dos hermanas, el bebé y el perro en la República Checa es un reflejo de las tensiones de las primeras comunidades agrícolas de Europa: la lucha por los recursos, la dureza del trabajo, las creencias religiosas y los vínculos familiares y comunitarios. A partir de esta investigación, se han recuperado fragmentos de la vida de dos mujeres que nos recuerdan que el pasado humano está lleno de historias de dolor, resistencia y misterio.