Historia

Los Cien Mil Hijos de San Luis que devolvieron el poder a Fernando VII

cien-mil-hijo-de-san-luis (1)
Los Cien Mil Hijos de San Luis

La caída del Imperio Francés de Napoleón en 1814, refrendado tras la Batalla de Waterloo en junio de 1815, desemboco en una vuelta a los antiguas concepciones de poder que se regían por las monarquías absolutistas. Años después, España, con un Fernando VII acorralado, precisó la ayuda del rey de Francia para que las revueltas liberales que le obligaron a firmar la Constitución 1820 fueran disueltas. Gracias a esto llegaron a nuestro país un contingente militar conocido como los Cien Mil Hijos de San Luis, que lograron devolver el poder a Fernando e implantar una vez más una monarquía absolutista en España.

Años antes, a finales de 1814, se asentaron las bases en Europa de cómo debía ser el reparto del continente una vez Napoleón Bonaparte cayera. Esto fue posible gracias a la celebración del Congreso de Viena, que impuso las bases de la Restauración volviendo a las monarquías anteriores a la Revolución Francesa.

Trienio Liberal

Durante los años posteriores a la caída de Napoleón, el Congreso de Viena y la creación de la Santa Alianza, se encargaron de hacer que las monarquías absolutistas se asentaran de nuevo en Europa. Cualquier movimiento liberal o revolucionario sería abortado por esta alianza militar que formaron Prusia, Rusia y Austria, con el consentimiento del resto de las potencias europeas, y a las que se unió Francia posteriormente.

En España, después de unos años donde Fernando VII, «El deseado», marcó la línea absolutista del país, se produjo el levantamiento del General Riego que implantó nuevamente la Constitución de 1812, actualizada a 1820 y dando comienzo el Trienio Liberal.

Este gobierno volvió a desplazar la figura del rey para restablecer a las autoridades constitucionales, acto que no fue bien visto por los miembros europeos que mantenían monarquías absolutistas como los miembros de la Santa Alianza.

Fernando VII

Durante estos tres años los enfrentamientos entre liberales y seguidores del rey fueron constantes, en un periodo de inestabilidad política constante. Empezaron a tomar excesiva fuerza grupos de españoles exiliados en el sur de Francia, acogidos por Luis XVIII, en favor de Fernando VII y la vuelta a la monarquía.

En 1822, Fernando, ansioso por ostentar de nuevo el poder absoluto, pidió ayuda a la Santa Alianza que, en el Congreso de Verona, aprobaron la intervención militar en España. Solo Inglaterra no participó en este congreso y, aunque no se opuso a la intervención, dejó claro que Fernando VII debía ser el que asumiera el mando del país y las tropas extranjeras debían retirarse una vez restablecido el orden absolutista.

Los Cien Mil Hijos de San Luis

El 7 de abril de 1823, Francia intervino militarmente en España. Lo hizo a través de Cádiz, el bastión de los liberales por aquella época. Bajo el nombre de los Cien Mil Hijos de San Luis, los franceses, capitaneados por el duque de Angulema, entraron en la ciudad andaluza de la que José Aimerich era gobernador.

Se contabilizaron unos 95.000 soldados que tuvieron poca oposición en a la hora de entrar en Andalucía. Los absolutistas, acompañados por los Cien Mil Hijos de San Luis, entraron en España sin oposición, ganaron Madrid sin problemas y siguieron hasta Andalucía persiguiendo a los liberales que, finalmente, sitiaron en Cádiz.

Los liberales, acompañados por Fernando VII, habían tenido que cambiar la capital Madrid, por Sevilla, y posteriormente por Cádiz, que nunca fue tomada, pero sufrió los ataques franceses que obligaron a los liberales a negociar una paz.

El pacto llegó cuando Fernando VII prometió defender la Constitución de 1812 y devolver el poder a los liberales. Nada más lejos de la realidad. Fernando, que había pedido ayuda a la Santa Alianza, aprovechó para escapar y unirse a los franceses el 1 de octubre y decretó la eliminación de las normas que habían regido España durante el Trienio Liberal, acabando con el poder liberal y reponiendo el régimen absolutista.

Las reacciones internacionales a la intervención de Francia en España no se hicieron esperar. Fue Estados Unidos, con James Monroe, el primero en manifestarse en contra de esta intervención, haciendo valer su famoso lema de la Doctrina Monroe, «América para los americanos». 

Década Ominosa

Una vez restablecido el orden monárquico en España, Fernando VII sería rey durante los siguientes diez años, en una época oscura de la historia de España que quedó dividida en varias facciones: los liberales, y por otro lado los absolutistas reformistas, partidarios de suavizar el absolutismo, tal y como recomendó la Santa Alianza; y por otro lado los absolutistas apostólicos que deseaban una vuelta al absolutismo total, incluyendo el restablecimiento de la Inquisición.

En esta denominada Década Ominosa, España vivió un tiempo de represión hacía los liberales, con firmes enfrentamientos entre los seguidores de Carlos de Borbón, hermano de Fernando VII y los isabelinos, que seguían a Isabel II, defensora de un absolutismo más moderado.

Con la muerte de Fernando VII en 1833, comenzaron las guerras carlistas en España que volvieron a retrasar el avance de la nación española a la par que las naciones más importantes de Europa.

Lo último en Historia

Últimas noticias