Christian Bale y Amy Adams se confirman como la pareja del éxito en Hollywood
Christian Bale y Amy Adams, una pareja con una química incomparable
La primera vez que Christian Bale y Amy Adams cruzaron las miradas en la gran pantalla fue en ‘The Fighter’, interpretando a la novia y el hermano del protagonista de la historia. Sus dos pilares que, sin que nadie lo esperara, probablemente ni siquiera el propio David O. Russell lo planeara, se hicieron con el control de la película y se llevaron toda nuestra atención. El magnetismo de estos actores por separado es indescriptible, pero unidos se multiplica. Y ese descubrimiento, que el cine está sabiendo aprovechar, se lo debemos al director.
Apenas hacen falta un par de escenas juntos para confirmar que estamos ante una de las parejas cinematográficas con mayor química del cine actual. Una pareja que aterriza en los ‘Oscars 2019’ de la mano, después de interpretar al matrimonio Cheney en ‘El vicio del poder’. Unos Christian Bale y Amy Adams prácticamente irreconocibles, envejecidos y transformados por completo en aquellos a quien debían representar, han sido reconocidos por la Academia con sendas nominaciones a Mejor Actor Protagonista y Mejor Actriz de Reparto.
De nuevo, la química existente entre ambos traspasa la pantalla y aporta un plus a sus interpretaciones, alcanzando la perfección en conjunto. Es probable que ambos regresen a sus casas sin la estatuilla, pero tienen garantizada la confianza de un público que no sólo les considera dos de los actores más talentosos de la historia del cine, sino la pareja que tiene la llave del éxito. Con ambos juntos frente una cámara, parece que nada puede fallar.
Entre ‘The Fighter’ y ‘El vicio del poder’ ya pudimos verles interpretando el rol de pareja en el ámbito romántico. Lo hicieron en ‘La gran apuesta americana’, película con la que volvieron a ser nominados a los Premios Oscar, en esa ocasión ambos en la categoría de protagonista. Un título que fue la primera gran prueba de fuego para esta dupla formada por Christian Bale y Amy Adams, y que superaron con creces. Con papeles completamente diferentes a los anteriormente vistos, su unión en la pantalla vuelve a ser mágica, magnética y casi adictiva.
David O. Russell fue, como decimos, el primero en comprender que estos dos nombres juntos siempre funcionan, pero parece que ahora toda la industria es consciente de ello. La apuesta de Adam McKay no hace más que confirmárnoslo, así como confirmar que estamos ante una dupla que todo lo que toca la convierte en oro. Una dupla que no sólo garantiza éxito, sino también una exquisitez en las interpretaciones que roza lo sublime. En ningún momento les vemos a ellos, vemos a sus personajes, y ambos se entregan el uno al otro con una confianza muy difícil de lograr.
La complicidad es obvia, igual que la química, pero lo más fascinante es la forma de trabajar que han creado estos dos actores. Se tiran a la piscina sabiendo que el otro va a sostenerlos, confían en lo que hacen individualmente, pero confían aún más en su unión, y eso se nota en cada escena de esta última película. Ahora sólo podemos pensar en volver a tenerles juntos en una gran pantalla, como pareja, como cuñados, como enemigos o como hermanos. Sea como sea, algo nos dicen que lo van a bordar.
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