Alberto Chicote se sincera sobre su depresión: «Estuve dos años pensando que me podía morir»
El reconocido chef ha hablado de una de las etapas más duras de su vida


No es ningún secreto que, poco a poco y con el paso del tiempo, Alberto Chicote se ha convertido en uno de los cocineros más queridos, reconocidos y exitosos de nuestro país. Y siendo honestos, no es para menos. Es algo que se ha ganado a pulso a base de esfuerzo, constancia y dedicación. Recientemente, el cocinero quiso participar en el pódcast Tengo un plan, donde ha querido sincerarse sobre diversos aspectos a nivel personal y profesional. De esta forma, recordó que empezó a estudiar cocina con 17 años y, con el paso del tiempo, fue ganando cierta relevancia en el ámbito gastronómico. De hecho, podría decirse que es de los chefs pioneros en cuanto a cocina fusión se refiere. A pesar de todo, no fue hasta 2012 cuando se hizo conocido en todo el país por Pesadilla en la cocina, donde tenía como cometido tratar de solventar los problemas que se presentaban en diversos restaurantes.
Aun así, uno de los momentos más especiales de su trayectoria profesional fue cuando pudo colocar la ansiada placa Michelín en la puerta de su restaurante: «He logrado tener un restaurante con el que ni siquiera podía llegar a soñar cuando empecé a cocinar hace 40 años», explicó en el mencionado pódcast. Aun así, es consciente de que ese no ha sido su mayor logro: «Tengo una premisa que guía mi vida y es que las cosas más importantes de la vida son las personas. Las cosas son absolutamente prescindibles, todas». Aunque le fascina enfrentarse a numerosos retos, Alberto Chicote tiene claro que lo más preciado que tiene en esta vida es el apoyo incondicional tanto de su familia como de su círculo más cercano: «La mayoría de la gente puede pensar que soy exitoso porque tengo un restaurante o porque empecé en la televisión a los 42 y aún sigo allí».
Y añade: «Nada de eso importa: lo que importa es que hace 13 años mi mujer estaba y sigue aquí. Mis padres, mi hermano y mis amigos siguen aquí. Eso es éxito, porque lo que te ofrece la popularidad no siempre es tan guay». Lejos de que todo quede ahí, el chef reconoció que sus inicios no fueron fáciles, ya que su decisión de dedicarse a la cocina no gustó mucho a su familia.
«Cuando dije en casa que quería ser cocinero, mi padre se llevó un disgusto de diez pares de cojones y mi madre nunca lo ha sabido», explicó. En la actualidad, sus padres se sienten profundamente orgullosos de todo lo que ha conseguido: «Han logrado que yo sea el tipo de persona que ellos querían que fuese. Y eso, poniendo las cosas en orden, hace que te sientas bien».
Lejos de que todo quede ahí, Alberto Chicote ha querido recordar uno de los momentos más duros de su vida. Se trata de algo que ocurrió en 1991: «Me fui solo a trabajar a Suiza para ver un poco de mundo. Allí me entró una depresión de puta madre, lo pasé jodidamente mal durante dos años». Y añadió: «Estuve dos años pensando que me moría. Tenía el convencimiento absoluto de que si un día me dolía la cabeza era porque tenía un tumor».
Por si fuera poco, quiso ir mucho más allá: «Pasar tanto tiempo convenciéndote de que tu último día es hoy, es terrible y no se lo deseo a nadie porque se pasa de pena. Esta etapa fue el punto de inflexión más importante en mi vida». Fue entonces cuando decidió regresar a España, donde se mostró arropado en todo momento para superar este duro bache. A la vista está que lo logró con creces.
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