Un tripartito dividido vuelve a contactar con el grupo que retiró los 1.000 millones de Valencia
El tripartito valenciano ha decidido rectificar y contactar de nuevo con el grupo inversor ARC Resorts, después de que éste anunciara su marcha de Valencia por la “falta de interés” y los “impedimentos mostrados por los políticos valencianos” hacia el proyecto de una inversión de 1.000 millones de euros y la generación total de 20.000 puestos de trabajo, como adelantó OKDIARIO.
Según indican fuentes del Consorcio Valencia 2007, que gestiona la Marina Real Juan Carlos I, el nuevo director del Consorcio (formado por las tres Administraciones: municipal, autonómica y estatal), Vicent Llorens, ha contactado con el consejero delegado en España de ARC Resorts, José María Esquerdo, a quien ha trasladado la voluntad de mantener una reunión.
La huída del grupo inversor de Singapur, que planeaba una inversión de 1.000 millones de euros con un proyecto turístico en la Marina Real Juan Carlos I provocó una división en la Comunidad Valenciana y un cruce de acusaciones después de que la multinacional criticara la incapacidad de gestión de la Administración municipal y se llevara el dinero a otras ciudades.
Tanto es así que Esquerdo ya se encuentra en Málaga, donde ha mantenido contactos con diferentes autoridades, entre ellas el alcalde Francisco de la Torre, y el presidente del puerto Paulino Plata.
El consejero delegado reconoce que los socialistas valencianos fueron colaboradores y estaban interesados en el proyecto, pero muy diferente habla de Compromís y del alcalde de Valencia Joan Ribó, de ese mismo partido y quien nunca le dio respuesta ni tuvo “predisposición”.
La inversión extranjera baja un 70%
La huída del grupo inversor de Valencia ha generado muchas críticas en la Comunidad, dentro del tripartito y en la oposición. El Partido Popular de la Comunidad Valenciana calificó de “repelente para los inversores» a los equipos de Gobierno de la Generalitat y el Consistorio. Y criticó que los inversores están siendo expulsados por un Gobierno que no tiene proyecto económico. “Calculamos que 2.500 millones de euros de inversión y 32.500 empleos ya han sido expulsados por el gobierno valenciano. Las cifras son elocuentes: en 2015 la inversión extranjera en la Comunitat bajó un 70 %”, señalan los populares. Mientras, al alcalde de Valencia no le gusta el modelo propuesto por el grupo inversor: “Un modelo de usos basado en la instalación de casinos, locales dedicados al juego y espacios de uso privativo, choca contra la voluntad de favorecer unos usos más diversificados”. Y la vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, echó balones fuera y posteriormente indicó que “lo que deben hacer es sentarse en la mesa y compatibilizar el interés general”.
Con todo esto, diversos ayuntamientos han aprovechado la huída de la multinacional de Valencia para contactar con ARC y ponerse a su disposición para que el grupo vaya a invertir a sus municipios. «He tenido el atrevimiento de enviarle este correo simplemente para ponerme a su disposición para cualquier inversión que pudiera interesarle a su compañía en nuestro municipio», expresa un teniente alcalde en uno de los mensajes.
El proyecto para Valencia contemplaba una inversión 100% privada de 1.000 millones de euros que generaría 20.000 puestos de trabajo. El impacto económico total estimado en la economía valenciana era de 11.000 millones de euros en los próximos cinco años, con una previsión de crecimiento del turismo en valencia de 3 millones de personas en el mismo periodo.
El grupo inversor de Singapur lo había calificado como el plan de actuación turística más importante de Europa, que convertiría a Valencia en el mayor polo turístico de Mediterráneo. La primera parte consistía en un hotel de 6 estrellas con un casino y un museo con un jardín botánico.
ARC también había ofrecido a las autoridades valencianas pagar la deuda de la Marina Real Juan Carlos I que asciende a más de 400 millones de euros, así como realizar más inversiones en proyectos actualmente parados como Parc Sagunt. El primer punto fue el atractivo para que el Gobierno central indicara su proyecto hacia Valencia, porque sería una buena forma de saldar esa deuda que Valencia tiene con el Estado, con el que compone el Consorcio junto a la Generalitat.