Sánchez sella la paz con los sindicatos: les da el control de los convenios en plena debacle económica

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Carlos Cuesta

Pedro Sánchez se prepara para momentos de tensión social. La actividad económica sigue su deterioro, la financiación de las prestaciones sociales corre peligro, y el presidente, por el momento, ha preferido sellar la paz con los sindicatos para evitar tentaciones de respaldar la tensión laboral. El paquete de reformas económicas que prepara ya el Gobierno les da el control de los convenios en plena debacle económica. La reforma laboral salta por los aires, pero los sindicatos vuelven a retomar el poder perdido en 2012.

El año 2012 fue el de la reforma laboral. El año 2021, si nada lo impide, será el del mayor retroceso experimentado en esta materia en mucho tiempo en España. Mucho se ha hablado de la rebaja del coste del despido blindada por aquella reforma que encabezó el Gobierno del PP de la mano de la ministra Fátima Báñez hace casi una década. Pero lo cierto es que esa rebaja del coste ya había sido introducida unos años antes por un José Luis Rodríguez Zapatero arrodillado ante la UE que lo tuvo que rescatar tras haber dejado España sin capacidad de financiación propia.

La realidad es que aquella reforma laboral del PP lo que hizo fue apartar a los sindicatos del control absoluto de los convenios. O, mejor dicho, apartar a las grandes cúpulas nacionales de los sindicatos de ese control: la ultraactividad de los convenios desapareció y la negociación directa de los sindicatos de cada empresa con los directivos abrió una puerta a negociar con flexibilidad las condiciones laborales en los momentos de crisis. Todo ello con un fin: evitar los despidos masivos en las etapas de debilidad económica y favorecer despegues rápidos en los momentos de recuperación. La clave: el alejamiento de las cúpulas sindicales y de su control de los convenios sectoriales, de forma que pasase a mandar en cada situación lo negociado por aquellos trabajadores realmente conocedores y vinculados por la situación de cada empresa.

Paquetes de reformas

El Gobierno ha remitido ya a Bruselas un paquete de reformas que acompaña al plan de recuperación. El objetivo de este plan es definir los cambios legislativos de España en el corto plazo para convencer a la UE de que la economía nacional merece recibir el rescate de 70.000 millones de euros en ayudas directas. Y entre esas reformas figura la siguiente:
“Modernización de la negociación colectiva. Objetivo: adaptar la negociación colectiva a las necesidades de empresas y sectores, para vertebrar un sistema de relaciones laborales equilibrado a nivel nacional. Medidas: abordar los siguientes aspectos de la negociación colectiva, ultraactividad de convenios, relación entre convenios sectoriales y de empresa, mecanismos de consulta y negociación en los supuestos de modificación sustancial de las condiciones de trabajo y refuerzo de la representatividad de las partes negociadoras y la seguridad jurídica en su aplicación”.

Las fuentes consultadas por OKDIARIO han confirmado que la reforma de todo ello se dirige precisamente a devolver el poder a las cúpulas sindicales de las negociaciones colectivas, algo que no satisfará demasiado a Bruselas, pero que forma parte de los compromisos entre el PSOE, Podemos y los grandes sindicatos (UGT y CCOO).

La reforma se incluye, de hecho, en el mismo texto en el que figuran claros recortes: uno de ellos afecta al cobro de las pensiones por parte de las personas que pasan a la jubilación antes de la edad legalmente establecida: los conocidos como prejubilados. A todos ellos, el Gobierno socialcomunista pretende recortarles las pensiones por medio de un incremento de los coeficientes reductores que regula la Seguridad Social, precisamente, por no haber llegado al nivel de años trabajados determinado por la Administración.

Sablazo a los autónomos

Y también en ese texto figura, por ejemplo, el nuevo sablazo a los autónomos. El texto, al que ha tenido acceso OKDIARIO, contiene un apartado con un representativo título denominado: «Nuevo sistema de cotización a la Seguridad Social de los trabajadores autónomos por sus ingresos reales».
 El documento no deja lugar a dudas: «Se trata de implantar gradualmente un nuevo sistema de cotización en el régimen especial de trabajadores autónomos (RETA) basado en los rendimientos por la actividad económica desempeñada».

«De este modo se ha de corregir la distorsión generada por la facultad de elección de la base de cotización que supone una merma de recursos para el sistema y un nivel bajo de acción protectora para los autónomos», añade el documento que ya conoce Bruselas.

El texto prosigue con los detalles y aclara que, efectivamente se trata de una subida recaudatoria: «El resultado del reconocimiento a los trabajadores autónomos de la facultad de elección de la base de cotización es que casi el 85% del colectivo lo hace por la base mínima. Junto a este problema de insuficiencia de recursos, la lógica contributiva del sistema se traduce en que las prestaciones económicas son sensiblemente inferiores a las del régimen general, hasta el punto de que un 36% de los pensionistas del RETA no alcanzan la pensión mínima, y por tanto, son beneficiarios de complementos a mínimos en las cuantías de suspensiones».

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