Ceuta y Melilla

Sánchez fía el futuro de Ceuta y Melilla a la buena «vecindad» de Marruecos: no habrá refuerzo militar

PEDRO sánchez marruecos
Pedro Sánchez con Mohamed VI en Rabat.
Pelayo Barro

España deja el futuro de la soberanía de Ceuta y Melilla en manos de la buena fe de Marruecos. El Gobierno de Pedro Sánchez considera que la relación de «vecindad» y los «intereses y desafíos compartidos» con Rabat son suficientes para considerar que la presencia actual de las Fuerzas Armadas en ambas ciudades es suficiente para su defensa. Sánchez, como desveló OKDIARIO, le ha prometido a Marruecos que no habrá refuerzo militar  en ambas plazas de soberanía y así lo ha confirmado el Gobierno en el Congreso, mientras aumentan las sospechas sobre Rabat como autor del espionaje con Pegasus al presidente.

«La presencia de las Fuerzas Armadas en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla se ajusta a las necesidades de la defensa nacional y a la relevancia que dichas ciudades tienen para la misma, considerando la situación geopolítica y estratégica de España en la región», asegura por escrito el Gobierno en una respuesta parlamentaria al diputado Pablo Cambronero.

El Ejecutivo entiende que no es necesario, por tanto, un refuerzo de la seguridad de Ceuta y Melilla, que hace justo ahora un año sufrieron una auténtica invasión en números nunca antes registrados. Según Moncloa, «la relación de nuestro país con Marruecos viene definida por nuestra vecindad y por los intereses y desafíos compartidos. España apuesta por la estabilidad de la relación».

Deficiencias defensivas

La pregunta que originó esta respuesta del Gobierno venía a reflejar una serie de deficiencias y vulnerabilidades, así como falta de material, que experimentan algunas unidades militares al cuidado del territorio de Ceuta y Melilla.

Por ejemplo, advertía que la guarnición que protege ambas ciudades «no llega a una brigada, 2.000 militares por plaza». También que la infantería carece de vehículos de combate pesados, o que la Legión opera aún con el vetusto BMR que se vio desplegado en la playa de El Tarajal durante la crisis de mayo de 2021.

Destacaba igualmente el planteamiento del diputado Cambronero que no existe una Compañía Especial de Infantería con capacidades más elevadas que las de la infantería sin especialización, ni tampoco disponibilidad de apoyo de las operaciones especiales.

El resto de deficiencias materiales, como la insuficiencia de carros de combate Leopard (sólo 26 por ciudad y de una versión obsoleta), sin blindados para Zapadores ni una Compañía especializada en fortificaciones para una defensa efectiva ante un ataque. Además, la defensa antiaérea está muy limitada, con artillería de corto alcance y sin sistemas contra drones.

La Guardia Civil tampoco

El Gobierno, tal y como ha publicado OKDIARIO hace unas semanas, también rechazó un plan propuesto de forma interna (a propuesta de la Asociación Española de Guardias Civiles) en la propia Dirección General de la Guardia Civil para crear una Unidad de Seguridad Ciudadana de Comandancia (Usecic) en ambas ciudades. Un cuerpo estable que pueda hacer frente a problemas de seguridad y a la delincuencia, especialmente, aquella que se ceba con el ciudadano.

El Ejecutivo descartaba este plan por escrito, en una respuesta a Vox en el Congreso de los Diputados que lleva fecha del 28 de marzo. Apenas una semana antes del viaje de Sánchez a Rabat y dos semanas después de la carta enviada a Mohamed VI en la que España, tras un giro a 47 años de postura, renunciaba a un referéndum para el Sáhara y se plegaba a las tesis marroquíes de autonomía para la ex colonia.

El argumento que esgrimió el Gobierno a unos días de su cita con Mohamed VI advertía, textualmente, que en «las actuales circunstancias que se producen en Ceuta y Melilla» impiden acometer el plan para renunciar a esos refuerzos puntuales y quincenales y convertirlos en estables.

Promesa de no reforzarse

El Ejecutivo confirma así que no habrá refuerzo militar a Ceuta y Melilla. Tampoco policial. Tal y como desveló OKDIARIO, Sánchez acudió a Marruecos a oficializar la nueva postura de Moncloa sobre el Sáhara Occidental, y aprovechó para llevar ante Mohamed VI una propuesta de amistad que incluye un compromiso sobre Ceuta, Melilla y Canarias.

Esa propuesta incluía una promesa sobre el gasto militar que el Gobierno de Sánchez se ha comprometido a duplicar: en ningún caso se destinará a blindar estos territorios reivindicados por Marruecos. Rabat había advertido a España de lo «inoportuno» de una nueva carrera armamentística con España como la que mantiene con Argelia.

Según explican fuentes de Defensa a OKDIARIO, cada movimiento de España orientado a un refuerzo militar es visto con un exceso de celo por parte de la diplomacia marroquí. Y las alarmas saltaron cuanto Sánchez confirmó el 15 de marzo que su Gobierno trabajaba ya en aumentar el gasto militar previsto. El anuncio llegaba sólo 24 horas después de que Rabat recibiese la carta enviada por Moncloa en la que Sánchez asumía las tesis marroquíes sobre el Sáhara Occidental.

Entre los mensajes que llevó preparados Sánchez para su encuentro con Mohamed VI se encontraba una llamada a la calma respecto a las preocupaciones marroquíes sobre el gasto militar. No habrá blindaje ni de Ceuta ni de Melilla. Rabat, como entiende el Gobierno de Sánchez, no representa ninguna amenaza. Tesis en la que insiste Moncloa mientras las sombras de la sospecha sobre el espionaje al Ejecutivo, con el robo de casi 3 gigabytes de datos a Sánchez con Pegasus, se ciernen sobre Marruecos.

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