Viaje oficial a Marruecos

Sánchez prometerá a Mohamed VI que el aumento del gasto militar no blindará Ceuta, Melilla y Canarias

Pedro Sánchez Marruecos
Pedro Sánchez y Mohamed VI.
Pelayo Barro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acude este jueves a Marruecos a escenificar el final del conflicto diplomático entre Madrid y Rabat. Además de oficializar la nueva postura de Moncloa sobre el Sáhara Occidental, Sánchez llevará ante Mohamed VI una propuesta de amistad que incluye un compromiso sobre Ceuta, Melilla y Canaria. El gasto militar que el Gobierno de Sánchez se ha comprometido a duplicar no se destinará a blindar estos territorios reivindicados por Marruecos. Rabat había advertido a España de lo «inoportuno» de una nueva carrera armamentística con España como la que mantiene con Argelia.

Según explican fuentes de Defensa a OKDIARIO, cada movimiento de España orientado a un refuerzo militar es visto con un exceso de celo por parte de la diplomacia marroquí. Y las alarmas saltaron cuanto Sánchez confirmó el 15 de marzo que su Gobierno trabajaba ya en aumentar el gasto militar previsto. El anuncio llegaba sólo 24 horas después de que Rabat recibiese la carta enviada por Moncloa en la que Sánchez asumía las tesis marroquíes sobre el Sáhara Occidental.

Entre los mensajes que lleva preparados Sánchez, que le ha elaborado cuidadosamente su equipo de asesores en asuntos internacionales, se encuentra una llamada a la calma respecto a las preocupaciones marroquíes sobre el gasto militar.

Ceuta, Melilla y Canarias

Básicamente, el líder socialista trasmitirá a Mohamed VI que las intenciones de ese aumento de gasto no afectarán directamente al equilibrio actual de fuerzas con Marruecos. Es decir, que no irán destinadas a reforzar Ceuta, Melilla y Canarias, los territorios que vigila con celo Rabat. En el caso de las dos ciudades autónomas es significativo, ya que no figuran citadas explícitamente dentro del Tratado de Washington de la OTAN, aunque el Ejecutivo socialista considera que sí están bajo el paraguas de la Alianza.

Los preparativos previos de la cita, elaborados por Exteriores, contemplan que Sánchez insista en Rabat ante Mohamed VI en que las necesidades de aumento del gasto militar son exigencias marcadas por la OTAN, e irán destinadas a reforzar la presencia de los aliados en el este de Europa.

España, explican fuentes militares que han estado involucradas en la elaboración de estas propuestas, también propondrá a Marruecos que ambos países trabajen en una alianza para responder a la amenaza yihadista en el Sahel. Una zona en la que la Unión Europea tiene desplegada una operación militar bajo liderazgo de Francia, que ya ha anunciado su retirada de la misión en Mali. Sánchez busca convencer a Rabat de que España y Marruecos pueden rellenar el vacío que va a dejar en la zona el Gobierno de Emmanuel Macron.

Material obsoleto

Por otra parte, el mensaje tranquilizador que prepara Moncloa insistirá en que el gasto militar que España va a reforzar tiene entre sus objetivos primordiales la renovación de ciertos sistemas de armas, actualmente al borde de la obsolescencia.

En este sentido, España deberá hacer un esfuerzo extra para explicar de forma convincente a Marruecos qué va a hacer con los cazas F-18 del Ala 46, con base en Gando (Gran Canaria). Unas aeronaves que en 2023 deben ser retiradas del servicio tras cumplir los 35 años en activo, primero en la U.S.Navy y luego, tras ser adquiridas hace 20 años por España, en el Ejército del Aire.

Estos cazabombarderos son de vital importancia estratégica para España, ya que son las aeronaves que deben defender los cielos de Canarias ante cualquier intrusión en su espacio aéreo. Su renovación está marcada como esencial dentro de los planes del Estado Mayor de la Defensa. El Ejército del Aire apuesta por adquirir una nueva flota de 20 Eurofighters, un plan que supondría un desembolso de alrededor de 2.000 millones de euros y al que el Gobierno de Sánchez no ha dado luz verde aún. La clave puede estar en ese viaje a Rabat.

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