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Sánchez asume que Junqueras ha roto el idilio de ERC con el PSOE y ve los Presupuestos en peligro

El nuevo mapa político catalán, tras la ruptura de Junts con ERC, no ha hecho más que empeorar las cosas

Tensiones en el secesionismo: Junqueras reprocha a JxCat que no quiera
Oriol Junqueras.
Joan Guirado

Pedro Sánchez empieza a ver peligrar los Presupuestos Generales del Estado. Todo por el giro que está haciendo ERC de Cataluña desde hace unas semanas. Tratando de marcar distancias con el PSOE y en especial con su líder. Tal es así que este miércoles, en los pasillos del Palacio Real, el propio Sánchez admitía ese distanciamiento que están ejecutando los separatistas. Algo que ha ejemplificado con el rechazo a los apoyos del PSC para garantizar la estabilidad del Govern y a la negativa a aprobar la reforma del delito de sedición que proponen los socialistas. Una modificación legislativa que se guardará definitivamente en un cajón.

A dos semanas para la celebración del debate de enmiendas a la totalidad, del que previsiblemente se ausentará Sánchez por un viaje al sur de África, la situación es delicada. El acuerdo entre los dos socios de coalición, para llevar a la mesa del Consejo de Ministros las cuentas, no fue fácil. Y la negociación con los grupos parlamentarios que debe abrirse ahora, con la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, a la cabeza, no tiene visos de ser mucho mejor. Pues Podemos ya ha avisado que usará a sus socios, a ERC y Bildu, para obligar al PSOE a moverse en un tema tan sensible para los dos partidos que conforman la coalición como la Ley de Vivienda. El nuevo mapa político catalán, tras la ruptura del Govern entre ERC y Junts, no hace más que dificultar las cosas.

Aunque al inicio de la redacción de las cuentas en Ferraz estaban confiados en acabar aprobándolas, ahora, la percepción está cambiando. En el PSOE, tras cerrar la puerta ERC a cualquier pacto en Cataluña con el PSC de Salvador Illa, miran hacia la suma de todos los partidos minoritarios, Bildu y el PNV, junto a la abstención de algunos diputados, para lograr una carambola que permita dar luz verde a los Presupuestos.

Para los socialistas la ruptura del Govern debía suponer una «oportunidad» para amarrar al partido de Oriol Junqueras. Pero está siendo todo lo contrario. En Moncloa admiten que la negociación con ERC «va a ser muy difícil por las condiciones que van a poner». Además de la Ley de Vivienda, los separatistas catalanes quieren también la supresión del delito de sedición y la Ley de Amnistía. Ambas cosas inasumibles para Sánchez. De hecho, durante la recepción en el Palacio Real, el jefe del Ejecutivo apuntaba a un portazo definitivo a la modificación del delito de sedición que pretende homologar a nivel europeo por el rechazo de los de Aragonés.

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