Robles choca con Bolaños: se niega a desclasificar los atentados de Barcelona para contentar a Junts y ERC

Choque en Moncloa entre la ministra Margarita Robles, titular de Defensa, y el ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Todo a cuenta de la petición de sus socios de ERC y Junts, claves para la estabilidad del Gobierno, de desclasificar documentos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) relativos a los atentados de Barcelona y Cambrils del año 2017. La responsable de los servicios de inteligencia, según fuentes de su entorno, se niega a desclasificar ciertos documentos «que dejarían al descubierto» la estrategia del CNI en la lucha contra el terrorismo.

Bolaños, uno de los negociadores socialistas con los partidos independentistas, exige que el Gobierno ceda a esa pretensión de Junts y ERC. Aunque en Moncloa admiten que «lo único que buscan es desprestigiar al Centro Nacional de Inteligencia». Algo a lo que se niega la ministra de Defensa, que ya tuvo que aceptar a regañadientes, hace unos meses, la desclasificación de los documentos relativos al espionaje al teléfono móvil del president de la Generalitat, Pere Aragonés.

En el entorno de Robles opinan que lo que quieren ERC y Junts «es imposible» y aseguran que «nos da igual lo que se hubiera pactado». La bronca ha obligado a paralizar, por segunda vez, dilatando a después de la Semana Santa, la creación de la comisión de investigación que los tres partidos pactaron a cambio de facilitar in extremis la investidura de Francina Armengol como presidenta del Congreso.

El PSOE, Sumar, ERC y ERC no se ponen de acuerdo sobre el plan de trabajo de dicha comisión. Los grupos parlamentarios se han reunido este martes a puerta cerrada y sin avances. En paralelo a esa reunión, en el Palacio de La Moncloa, los dos ministros discutían sin llegar a un acuerdo sobre como pueden satisfacer las pretensiones de los partidos independentistas. Bolaños, en la negociación para la investidura de Armengol, se comprometió en agosto con ERC y Junts a que «se podría investigar todo» en la comisión parlamentaria.

Los partidos separatistas quieren analizar al detalle la conexión del Centro Nacional de Inteligencia  con el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, considerado el cerebro de los atentados en Cataluña del grupo y que murió el 16 de agosto en la explosión de la casa de Alcanar. En ese inmueble, ubicado en una urbanización cerca de la playa, es donde la célula terrorista preparaba los explosivos.

Tensión entre Bolaños y Robles

La tensión entre Félix Bolaños y Margarita Robles no es nueva. Viene de lejos. Los dos ministros «prácticamente ni se hablan», explican fuentes conocedoras de ambos, por el interés del superministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes tiene de tener bajo sus competencias la supervisión del Centro Nacional de Inteligencia. Aunque Bolaños acaparó competencias sin precedentes en el reparto del nuevo Ejecutivo, el dirigente socialista quería más. Quería el CNI. Pero Margarita Robles, muy leal y valorada por Pedro Sánchez, frustró sus planes.

Sus argumentos para que el CNI quedase englobado bajo su macro ministerio eran puramente políticos: un mayor control del servicio secreto en un momento en el que los socios de legislatura ponen la lupa sobre sus operaciones. Félix Bolaños pretendía lograr el salto del CNI de Defensa a Presidencia, algo que hace ya 12 años consiguió hacer la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, pero que se revirtió con la llegada de Robles al Gobierno tras la moción de censura. El ministro intentó convencer sin éxito a Sánchez de los beneficios que supondría tener al CNI bajo el control de Presidencia.

En estos meses, con ese objetivo como meta final, Bolaños «ha tratado de torpedear la acción de Robles» con el CNI «de forma recurrente». Es lo que opinan en el entorno de la ministra. A él le achacan la obligación de obligar a cesar a la ex directora de los servicios de inteligencia, Paz Esteban López, en plena crisis por el espionaje al móvil del president de la Generalitat, Pere Aragonés. Moncloa forzó a Robles a entregar la cabeza de Esteban López a los separatistas para tratar de calmar las críticas que estaba recibiendo el Ejecutivo por la gestión de esas supuestas escuchas al presidente catalán. Meses más tarde, Bolaños «también presionó» para la desclasificación de documentos secretos en relación a esta causa para satisfacer a Aragonés.