Rajoy advierte que si le fuerzan a tumbar sus grandes reformas convocará elecciones

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Mariano Rajoy en su debate de investidura. (EFE)
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
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El ya presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dejado entrever en su discurso de investidura un aviso para navegantes. Las reformas que ha defendido a capa y espada al frente del Ejecutivo, como la reforma laboral, son intocables. Y en caso de que el resto de la Cámara pretenda tumbarlas «existe un límite que no depende más que de mí. No estoy dispuesto a derrumbar lo construido», añadió Rajoy.

Rajoy es consciente de la difícil situación que se le plantea en esta nueva legislatura. Tendrá a PSOE y Podemos enfrente en el Congreso esperando el más mínimo resquicio para parar cualquier avance legislativo que el nuevo presidente pretenda introducir. Mientras que Ciudadanos intentará imponer al presidente del Gobierno variadas reformas plasmadas en el acuerdo de 150 puntos con el que accedieron a apoyar al líder del Partido Popular. Pero para eso, Rajoy ya ha advertido, por activa y por pasiva, que si España está consiguiendo unas cifras de crecimiento extraordinarias y reduciendo el paro a marchas forzadas es gracias a unas reformas irrenunciables. «Que nadie espere que yo contribuya a lesionar la recuperación económica y la creación de empleo», añadió durante el debate.

La machacona cantinela durante los últimos cuatro años de Gobierno, en los que Rajoy y sus ministros han puesto el énfasis en salir de la grave crisis económica que asoló España, no se va a diluir fruto de la presión parlamentaria. Rajoy admite que «todo se puede mejorar» pero –añade– «pero no puedo aceptar su demolición». Por eso ha querido recalcar, aunque a muchos les ha pasado desapercibido, que todo tiene un límite y que «ese límite depende de mí».

El presidente del Gobierno se reserva la carta de una nueva convocatoria electoral –no podría ser antes de mayo– si el resto de fuerzas políticas no muestran el talante dialogante que él mismo se ha impuesto cumplir durante su renovado mandato. Los compromisos que acucian al país, principalmente provenientes de la Unión Europea, en materia presupuestaria y de techo de gasto, imponen un duro corsé que todas las fuerzas parlamentarias deben hacer suyo si no quieren mandar a los ciudadanos españoles a otras elecciones.

Mariano Rajoy tiene el respaldo de sus votantes, el apoyo de C’s y a un PSOE que, aunque vigilante, ha demostrado sentido de Estado permitiendo desbloquear la situación de parálisis en la que estaba inmersa España, 315 días con el Gobierno en funciones. Rajoy lo ha dicho bien claro en su discurso. «Accedo al Gobierno para perseverar» y construir una sólida recuperación de la economía y el empleo que no se moverá ni un ápice de las políticas llevadas a cabo pese a que «algunos de ustedes quieren darle la vuelta», añadió el líder del Ejecutivo.

 

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