El PNV retirará su apoyo a Sánchez en Moncloa si el PSOE intenta gobernar el País Vasco con Bildu y Podemos

Idoia Mendia no hace ascos a una gobernabilidad con Bildu y sin el PNV, en caso de que los resultados de las elecciones regionales lo permitan

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(Vídeo: OKDIARIO)
Carlos Cuesta

El PNV no aceptará dobles juegos de Pedro Sánchez. Si el PSOE acepta la invitación de Podemos para crear un Gobierno en el País Vasco de la mano de Bildu, los de Iñigo Urkullu retirarán su apoyo a Sánchez en el Congreso de los Diputados y en la Moncloa. Y eso supondría que Pedro Sánchez tendría que contar con Bildu de forma estable para la inmensa mayoría de sus decisiones.

La respuesta no se ha hecho esperar tras las invitaciones trasladadas por Pablo Iglesias a Pedro Sánchez, y los mensajes en favor de una alianza con Bildu y Podemos por parte de la líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia. OKDIARIO informaba esta misma semana de la invitación de Podemos a una nueva gobernabilidad vasca. Y nacional: un eje de alianza trazado entre el PSOE y el partido de Pablo Iglesias con Bildu al cien por cien, y sin el PNV.

La formación morada ya ha trasladado este ofrecimiento a Pedro Sánchez remarcando la doble vertiente: la regional, centrada en el futuro Gobierno del País Vasco, en caso de que los resultados de este domingo lo permitan; y la nacional, con el fin de sortear los roces, especialmente los económicos y presupuestarios que surgen cada cinco minutos entre PNV y Podemos.

Gobernabilidad con Bildu y sin el PNV

La solución de Pablo Iglesias, además, es plenamente compartida por la líder del PSOE-PSE en el País Vasco: Idoia Mendia no hace ascos a una gobernabilidad con Bildu y sin el PNV, en caso de que los resultados de las elecciones regionales lo permitan.

Iglesias ya ha realizado este ofrecimiento. El campo de experimentación sería el País Vasco. Pero el objetivo final pasaría por aniquilar al PNV como apoyo necesario del Gobierno de Pedro Sánchez a escala nacional. Su sustituto sería EH Bildu, la formación proetarra.

El plan final traería beneficios para los dos partidos radicales. En primer lugar, Pablo Iglesias pretende librarse del PNV en las negociaciones de los Presupuestos y de cualquier medida económica. Los separatistas vascos no pasan por las ensoñaciones comunistas de los morados y se han convertido en un quebradero de cabeza constante para la formación de Iglesias: los votos del PNV son necesarios en el Congreso de los Diputados y todas las medidas de subida masiva de impuestos o derroche social son objetadas y bloqueadas por los hombres de Iñigo Urkullu.

Por la parte de Bildu el beneficio sería obvio: pretende arrebatar al PNV el cartel de ‘negociador’ ante el Gobierno central y retirarle el activo más vendido por los de Urkullu ante sus votantes, el de que es el partido que capta inversiones, fondos y demás prebendas nacionales para el País Vasco.

País Vasco, campo de pruebas

Los proetarras buscan, en definitiva, acabar con su gran contrincante regional, el que les bloquea la gobernabilidad vasca. Para ello, Pablo Iglesias quiere que, si el resultado electoral en el País Vasco lo permite, esa comunidad se convierta en un campo de pruebas: un test de su nuevo eje de Gobierno, con el PSOE, sin el PNV y con Bildu.

Un modelo que llevaría aún más a la radicalización al PSOE, dejándole más cerca de los deseos de aniquilación socialista que en el fondo mantiene Iglesias.

Pero el PNV, evidentemente, no se quedará de brazos cruzados si el plan avanza. La respuesta ya ha sido trasladada a los hombres de Sánchez: si quieren una alianza en el País Vasco con los de Bildu, ya se pueden olvidar del apoyo del PNV a escala nacional. Y eso es un punto que preocupa en el PSOE. Por eso han pretendido acercarse a Ciudadanos: precisamente para no depender de EH Bildu y ERC, los dos partidos que generan mayores dificultades en la captación de voto a los de Pedro Sánchez.

Pero el problema del PNV es que la radicalización del PSOE empieza a ser el marco general de los socialistas. Así, Idoia Mendia, secretaria general del PSE, ha dejado ya claro que quiere ese acuerdo con proetarras y comunistas. De hecho, Mendia no ha cesado en su escalada de acercamiento a Bildu. Los socialistas lo dejaron claro tras haber alcanzado un acuerdo presupuestario en Irún con Elkarrekin Podemos y EH Bildu. Un pacto que dejó fuera al PNV.

Mendia afirmó en su momento que este acuerdo demuestra que puede haber otra vía de Gobierno del País Vasco más allá de los habituales pactos entre socialistas y el PNV: la de establecer alianzas estables de Gobierno entre podemitas, proetarras y el PSOE-PSE.

La candidata socialista ha defendido, en esta línea, que lo importante es la voluntad de los socialistas de hablar y acordar con todos para dar estabilidad a los gobiernos. Y ha aclarado ya internamente que, si eso exige, cerrar pactos sin el PNV (su tradicional socio en el País Vasco), se hará tal y como se acaba de cerrar el pacto de Irún, con Bildu como invitado estrella.

Para Mendia, se trata sin más de otro «proyecto alternativo» al acuerdo entre PNV-PSE. Porque lo cierto es que la antigua línea roja que separaba a socialistas de proetarras ha saltado por los aires. Ahora el PSOE-PSE ya no se molesta en disimular su cercanía a los de Bildu, a los de Arnaldo Otegi. Así lo demuestra el pacto presupuestario de Irún. O los acuerdos en Navarra. En Irún, por ejemplo, los grupos municipales del PSOE-PSE y EH Bildu en el Ayuntamiento firmaron un acuerdo presupuestario entre las dos formaciones y sin el PNV.

La propia Mendia fue en aquellas fechas la encargada de señalar que lo que es local puede pasar a ser regional. Y ahora, Iglesias es el que pide que lo que puede ser regional pase a nacional.

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