Irene Montero se estrella: ninguna empresa quiere organizar su gran congreso feminista
Nuevo fracaso del Ministerio de Igualdad. Irene Montero estaba promoviendo un gran congreso internacional de feminismo impulsado por España, pero ninguna empresa ni asociación se ha presentado para organizarlo. Nadie quiere participar en el montaje de este cónclave que la número dos de Podemos quería protagonizar para elevar su perfil político a costa de las arcas públicas.
Tal como reconoce el subsecretario del Ministerio a OKDIARIO, «no se ha realizado aportación alguna por personas físicas o jurídicas, públicas o privadas» una vez ha concluido el plazo previsto para recibir respuestas. Igualdad buscaba asistencia externa para trabajos «que requieren gran especialización para los que no cuenta con el personal capacitado suficiente». Así, se requería a una compañía para «organización, celebración y desarrollo del congreso, así como los servicios para la difusión del evento y de las actividades derivadas».
60 ponentes
La idea era celebrar un congreso en doble modalidad: presencial y virtual. La previsión es que tenga lugar «a lo largo de un fin de semana de febrero de 2023 en Madrid, preferentemente dentro de la M-30». La agenda del primer día consistía en la apertura oficial y un «evento sociocultural». El segundo, 12 ponencias, algunas de ellas simultáneas. Y el tercero, el cierre oficial.
El contrato incluía «la reserva, alquiler y adecuación de espacios (espacio de bienvenida y punto de información con photocall, un auditorio para 450 personas, al menos 4 salas polivalentes de 150 personas, un espacio multiusos para el encuentro informal de los participantes, espacio para autoridades con garantía de privacidad y seguridad, sala o despacho para la prensa y sala con material infantil); y viajes y alojamientos de 60 ponentes (20 nacionales y 40 extranjeros)». Los ponentes cobrarían entre 180 y 390 euros. En total, 19.200 euros.
Igualdad también contemplaba un servicio de traducción simultánea (lengua de signos, inglés, francés y castellano), streaming, difusión nacional e internacional del congreso, carteles, escenarios, web y redes sociales.
El congreso iba a tener dos servicios de coffee-break y un catering de almuerzo, con «café, infusiones, leche, leche vegetal, agua, zumo natural, bollería, sándwich, fruta de temporada, bebidas no alcohólicas, refrescos o tarta», entre otros.
El Ministerio obligaba a las empresas a demostrar «criterios de igualdad de oportunidades, inclusión social, accesibilidad y la sostenibilidad». Entre otros requisitos, se incluía la contratación de equipos equilibrados entre hombres y mujeres y contar con personas con especial dificultad para el acceso laboral, como víctimas de violencia machista, personas con discapacidad o personas en situación de paro de larga duración, además de la adaptación de espacios a personas con movilidad reducida, un catering de productos ecológicos y derivados del comercio justo, el uso exclusivo de papel reciclado o con sello ecológico, la mínima utilización de plástico y contar con mecanismos de compensación de la huella de carbono generada.
Se pedía a las empresas garantías de solvencia técnica, soluciones propuestas y ventajas competitivas. Se preguntaba si se consideraba adecuada la redacción del contrato, si sabían de espacios en Madrid para realizar el congreso, el número de profesionales necesarios, valoración del precio de licitación, entre otros asuntos. Sin embargo, la respuesta del sector empresarial a la propuesta de Igualdad ha sido el silencio más absoluto.