La Generalitat detectará «menores trans» en las aulas y dictará su «desamparo» si los padres se oponen

La Generalitat de Cataluña ha difundido entre los centros educativos un protocolo para la detección de menores trans. De esta manera se pone foco en «la atención y el acompañamiento del alumnado transgénero» que podrá ser activado por los propios profesores si «detectan» que un menor puede ser trans. En el caso de que exista oposición por parte de los padres, el gobierno autonómico lo tendrá en cuenta a fin de declarar una «situación de riesgo o desamparo».

En concreto, el texto al que ha tenido acceso OKDIARIO establece que «cuando desde el equipo docente, el tutor o tutora del alumno o alumna, u otros profesionales del centro detecten de manera reiterada y persistente en el tiempo la presencia de conductas que manifiesten una posible identidad de género no coincidente con el género asignado al nacer, se comunicará a la dirección del centro para iniciar el protocolo» correspondiente.

La dirección llevará a cabo una labor de «compilación de información» aportada por los profesores y se reunirá con la familia «a fin de intercambiar información y valorar la situación».

«En caso de que la familia o los representantes legales de los menores de edad estén de acuerdo» se pondrá en marcha «el cambio de nombre del alumno o alumna, así como las medidas del protocolo».

La petición puede proceder, igualmente, del propio alumnado -tanto mayor como menor de 16 años- o de los padres. Una vez recibida, se valorarán las «medidas educativas y organizativas necesarias para una actuación individualizada» con el fin de proporcionar «un libre desarrollo en el centro educativo».

Desacuerdo paterno

No obstante, el protocolo contempla también la opción de que «no haya acuerdo entre la familia y el centro educativo sobre la valoración» del menor. En ese caso, se determina que «con el fin de garantizar el interés superior del alumno o la alumna, la dirección del centro debe informar a la Inspección de Educación y valorar, conforme a la ley (Ley 14/2010, de 27 de mayo, de los derechos y las oportunidades en la infancia y la adolescencia), la existencia de una posible situación de riesgo o desamparo». En ese caso, el director o directora del centro educativo deberá remitir un formulario para notificar dicha situación.

Medidas

El protocolo detalla una batería de medidas para que «la comunidad escolar constituya un entorno amable y seguro donde el alumno o alumna pueda vivir de forma natural su identidad o expresión de género».

Así, se plantea que la comunidad escolar se dirija al alumno/a por su «nombre sentido». También se deberán modificar las listas de clase, informes, carnets o documentación interna de acuerdo a este nombre, así como las actas de calificación y el expediente. Se pide «sensibilizar, informar y asesorar a la comunidad escolar sobre la diversidad de género en la infancia y adolescencia», así como «utilizar un lenguaje inclusivo y no sexista que prevea la diversidad de género en los documentos del centro».

Otras medidas son «garantizar que en todo momento el alumno o alumna pueda vivir libremente su expresión de género», «asegurar el acceso a los aseos y vestuarios que le corresponden de acuerdo con su identidad de género sentida, buscando siempre la solución más adecuada para todo el alumnado» y «aplicar, en caso de posible situación de acoso, el Protocolo de actuación ante cualquier tipo de violencia en el ámbito educativo». 

El centro también ofrecerá un tutor o tutora «individual» al alumno/a trans, que le acompañará en su «proceso de transición» en el ámbito escolar. Las medidas afectan al resto del alumnado, que será «sensibilizado» en las cuestiones de género para «consolidar un sistema educativo inclusivo». Para las actividades de grupo o salidas escolares se tendrá en cuenta «la red de amistades» del alumno/a «de cara a favorecer su acompañamiento e inclusión». Igualmente, se fomentarán «espacios de relación» en el aula.