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Ferraz diseña una gira de Sánchez para obligar a los barones a compartir escenario con él

Pedro Sánchez y los barones
Pedro Sánchez con sus barones regionales. Foto: EP
Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Pedro Sánchez quiere obligar a los barones del PSOE a hacer campaña con él. Aunque la mayoría de ellos no quieran. Por eso, y ante la poca demanda por parte de los territorios para que el presidente acuda a protagonizar mítines, Ferraz y Moncloa están diseñando una nueva gira de Sánchez por el territorio en la que obligará a los barones a compartir escenario con él en los meses previos a las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.

El objetivo de los estrategas de Sánchez con este movimiento es evitar el distanciamiento de los presidentes autonómicos del PSOE de su líder. La voluntad de gran parte de estos barones era alejarse todo lo posible de la figura del secretario general y de las decisiones unilaterales que se le achacan a él. Principalmente las relacionadas con Cataluña y las cesiones a sus socios de Podemos.

Los mensajes que en las últimas semanas han transmitido varios territorios a Ferraz, pidiendo autonomía y «pocas injerencias de la dirección», han encendido las alarmas en el cuartel general del PSOE. Más tras el plantón de cinco de ellos en la entronización de Sánchez como líder de la Internacional Socialista en Madrid. Unos y otros son conscientes del desgaste del presidente. Desde su llegada al Palacio de La Moncloa, hace cuatro años, ha pasado del 39,6% de aprobación al 22,9%. Varios barones coinciden en que «nos resta».

Ante ese escenario, y dado el enfrentamiento abierto con varias federaciones -especialmente en aquellas en las que los sondeos son peores, cosa que genera más nerviosismo-, Ferraz mueve ficha e impone la presencia de Pedro Sánchez en todas las regiones españolas. La idea, señalan, es que antes de que empiece la precampaña vuelva a pisar todos los territorios junto a sus candidatos. Aunque algunos se resistirán.

Y es que en Moncloa están convencidos que los argumentos que esgrimen los dirigentes territoriales como causantes de la pérdida de votos, como la derogación del delito de sedición o la reforma del delito de malversación, «no tendrán ninguna consecuencia en las urnas». Hace días que repiten el mismo mantra. E intentan que penetre entre sus cuadros. Aunque les está costando.

Los más críticos, como el manchego Emiliano García-Page, han expresado su rechazo y su temor abiertamente. Otros, como el madrileño Juan Lobato o el asturiano Adrián Barbón, también han manifestado sus dudas respecto a la necesidad de reformar el delito de malversación. Saben que en su oposición a Sánchez en este tema se juegan muchos votos en la próxima cita electoral.

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