C’s quiere acorralar a Sánchez con un pacto de ‘El Abrazo’ con Rajoy
Ciudadanos asume por separado su propia ofensiva para hacer reaccionar a Pedro Sánchez y moverle del ‘no es no’ a la abstención. El partido de Rivera confía en aprovechar la negociación con el PP para que al líder socialista se le haga difícil sostener su rechazo a un Gobierno de Rajoy. Para eso, incluirán en esas conversaciones asuntos clave para los socialistas, ya pactados en su día en el acuerdo de ‘El Abrazo’, que llevó a Sánchez a intentar una investidura fallida. Aquel pacto fue avalado por el 80 por ciento de las bases socialistas.
Entre esas medidas se incluye, por ejemplo, la reducción del IVA cultural al 10 por ciento o la eliminación de las deducción y beneficios fiscales a las grandes empresas, de forma que paguen más del 6 % que actualmente tributan. Dos asuntos que intentarán poner sobre la mesa de las conversaciones con los populares. Precisamente será el capítulo económico el que abrirá, este lunes, los trabajos de los equipos negociadores.
Según fuentes del partido de centro, “sería una incoherencia” que Sánchez diese ahora la espalda a apoyar un acuerdo similar al firmado hace seis meses, y además con cesiones del PP en algunos de los temas que los socialistas han convertido en su caballo de batalla.
El PP está dispuesto a debatir de “todo». Y en ese «todo» se incluyen reformas enfrentadas por el PSOE, como la laboral, la educativa y la de la Constitución. Otras propuestas, como los pactos por la Educación y la Ciencia, están ya plenamente asumidas por Mariano Rajoy.
El trabajo está avanzado. Los populares diseñaron a principios de este mes un documento con un centenar de medidas coincidentes con el pacto PSOE-Ciudadanos para trasladar a sus respectivos líderes y que fue descartado por uno y otro. Por entonces, Sánchez ya estaba anclado en su ‘no’ y Rivera aseguraba que no entraría en negociaciones con el PP para virar de la abstención.
El PP señala las coincidencias con el PSOE
Los populares recuerdan que en algunas medidas tienen incluso más coincidencia con el programa socialista que con el de Rivera. Es el caso de las diputaciones, un órgano que Ciudadanos siempre ha querido suprimir y que PP y PSOE defienden.
El partido de Rajoy no contempla en ningún caso su supresión, pero sí un proyecto de racionalización de gasto que “gustará a Ciudadanos” y, al mismo tiempo, evitará rechazos de los socialistas.
Otro punto de desencuentro es el Senado. PP y PSOE coinciden en mantenerlo, reformulado. Ciudadanos, partidario en su día de la supresión, admite ahora una modificación de su papel para convertirlo en una auténtica Cámara de representación territorial.
Sin excesivos detalles
En su forma, el acuerdo en el que Ciudadanos avanza con los populares, y para el que se dan de plazo una semana, se parecerá más al firmado con Cristina Cifuentes en la Comunidad de Madrid y Susana Díaz, en Andalucía. Unas setenta medidas, y no las más de sesenta páginas del pacto con Sánchez.
La intención no es entrar en exceso al detalle, sino a diseñar un tronco sobre el que guiar la actuación del futuro Gobierno. “No haríamos un favor a nuestro país en este momento si fuéramos demasiado concretos”, explica el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta.
Desde el partido de centro han tomado con relativa laxitud las conversaciones. La negociación con el PP será “flexible” y sin “líneas rojas”, aseguran desde este partido. Sin tensiones. Un debate de propuestas “algunas de las cuales se pueden incorporar y otras no”.
La suma de los 32 votos de Ciudadanos para la investidura de Rajoy no son suficientes si el resto de formaciones políticas mantienen su rechazo al candidato popular.
Por eso, tanto el PP como Ciudadanos aprovecharon la puesta de largo de su pacto con una llamada insistente a los socialistas. “Ningún responsable político serio puede estar jugando con una idea de terceras elecciones”, dijo primero Girauta. “No es tiempo de teatrillos”, añadió después su homólogo popular, Rafael Hernando. Ambos coinciden en que su pacto será papel mojado si no logran la abstención, al menos, de once diputados socialistas.