Cifuentes consigue aprobar sus presupuestos regionales en un pleno lleno de insultos

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Pleno Presupuestos (PP Madrid/Alberto Cuéllar).

La Asamblea de Madrid ha aprobado este viernes los presupuestos generales de la Comunidad de Madrid de 2017 que estaban prorrogados desde diciembre de 2016.

De esta forma, la Asamblea madrileña ha aprobado un presupuesto de 18.500 millones de euros después de dos jornadas plenarias en las que han saltado las chispas entre los grupos contrarios a los presupuestos– Podemos y el PSOE– y el PP y su socio de presupuestos, Ciudadanos.

La tensión entre Podemos y PP ha ido cogiendo fuerza a lo largo de la jornada y ha estallado en insultos cuando desde la bancada popular han llamado «macarra» al diputado de Podemos Eduardo Gutiérrez. El podemita no ha dudado en contestar: «Prefiero ser macarra que canalla», y ha llamado «corruptos» a los miembros del Grupo Popular. A esta acusación, el diputado del PP Alfonso Serrano le ha pedido que no sea «cobarde» y dé nombres y denuncie porque «es un delito», a lo que Gutiérrez ha contestado que «son unos canallas».

A pesar de todo, el gobierno de Cristina Cifuentes ha conseguido sacar adelante las cuentas públicas de la región gracias al acuerdo firmado con Ciudadanos. 

El portavoz de economía del Grupo Popular, Álvaro Ballarín, ha resumido: «Estos presupuestos tienen un objetivo: el empleo, recuperar 100.ooo empleos, y mantener el Estado de Bienestar. Son los presupuestos de la regeneración social».

Por su parte, la consejera de Economía, Empleo y Hacienda, Engracia Hidalgo, ha cerrado el debate de presupuestos lamentando la intensidad y los insultos de Podemos: «Lo que yo he visto aquí hoy hace que la gente que está fuera nos respeten mucho menos, y se desprestigie nuestro trabajo. Lo digo con la misma honradez con la que ustedes vienen aquí y me insultan. La corrupción son personas y todo el Grupo Popular ha firmado un código ético mucho más exigente que el de todos ustedes».

Aprobados sin Moñux

Uno de los principales problemas con los que se encontraba el gobierno de Cifuentes para aprobar sus presupuestos era la baja médica de una de sus diputadas, Elena González-Moñux. Su ausencia en la votación de presupuestos suponía el empate con PSOE y Podemos, por lo que las cuentas no podían salir adelante.

Finalmente, el número dos de Cifuentes, Ángel Garrido, consiguió llegar a un acuerdo con la diputada para que acudiera a votar los presupuestos. Sin embargo, la ausencia de última hora de la diputada socialista Isaura Leal ha permitido que Moñux no haya tenido que acudir al Pleno de presupuestos.

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