ASESINO EN SERIE

Así han cazado al yihadista asesino de agricultores: ADN, cámaras de seguridad y el rastro del teléfono

El yihadista asesino de agricultores dejó su ADN en la escena de los crímenes de los agricultores

Una cámara de seguridad grabó al yihadista asesino de agricultores

El rastro del teléfono del yihadista asesino de agricultores precipitó su detención

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Ángel Moya

Los especialistas de la Guardia Civil encontraron restos biológicos del yihadista asesino de agricultores en las escenas de los tres crímenes de Navarra y de Lérida. Tras comparar el ADN de las células de piel que el asesino dejó a su paso, los expertos determinaron que pertenecían a Allal el Mourabit, el yihadista que se fugó arrancándose la pulsera telemática de control cuando residía en el País Vasco.

Tras ponerle nombre al ADN, los guardias civiles de la Unidad Central Operativa (UCO) Se emplearon a fondo para rastrear la zona rural de Navarra que solía frecuentar el sospechoso antes de desaparecer. Los investigadores buscaron cualquier objeto que hubiera dejado olvidado para relacionar al yihadista fugado con los crímenes de los agricultores.

No lo encontraron, pero los guardias civiles sí consiguieron la grabación de una cámara de seguridad instalada cerca de la caseta de campo en la que solía refugiarse el buscado antes de fugarse. Así fue como los investigadores vieron la imagen reciente, el rostro del marroquí nacionalizado español, yihadista y asesino de agricultores.

Con el ADN y la fotografía, los guardias comenzaron la búsqueda del fugado siguiendo su rastro desde España a Francia pasando por Andorra. En un operativo conjunto con la Gendarmería francesa, los guardias localizaron la zona por la que merodeaba el yihadista, ya convertido en nómada y vagabundo.

Yihadista y poco inteligente

Hace unos días los guardias estuvieron a punto de atrapar al fugado en una ciudad francesa pero se había mudado un día antes. Afortunadamente, el yihadista no despunta por su inteligencia y poco después hizo varios pagos con su teléfono móvil en varios comercios dando la pista decisiva para cazarlo en los alrededores de la ciudad gala de Beziers.

Cuando vio llegar a los gendarmes y a los guardias, el yihadista asesino de agricultores se abalanzó sobre ellos hiriendo a tres agentes franceses hasta que le dispararon con un dispositivo electrónico TASER. Ahora ya está en prisión tras pasar a disposición judicial.

Asesino en serie de agricultores

El condenado por yihadismo, Allal El Mourabit, fue detenido y condenado en el año 2018 por intentar viajar a Siria para unirse a los yihadistas del DAESH. Luego quedó en libertad provisional con una pulsera telemática que controlaba sus movimientos.

En 2023 se arrancó la pulsera de control y la tiró en un parque. Luego desapareció dejando un rastro de crímenes. El yihadista mató a tres agricultores a machetazos entre finales del 2023 y principios del año 2024.

A Pedro Oyón de 68 años, el primer agricultor asesinado, le encontraron muerto a cuchilladas en su olivar de Tudela en Navarra el 22 de noviembre. Se dirigía a su finca a recoger aceitunas, pero no regresó. Su mujer avisó preocupada, pero había sido apuñalado salvajemente.

Un mes después, y a sólo 16 kilómetros de distancia del primer crimen, se halló el cadáver de José Luis Aguado, de 80 años, muerto en su huerta de Ribaforada, también en Navarra. José Luis estaba arando con su mula mecánica cuando el asesino le sorprendió sin darle opción de defenderse.

Su mujer Pilar le llamó al móvil varias veces ya por la tarde, pero no contestaba. Cuando fue acompañada de unos familiares al huerto hallaron su cadáver. José Luis tenía cortes profundos en la cabeza, en la parte trasera del cráneo. A sus familiares les dijeron que podían deberse a un siniestro con la mula mecánica, pero un detalle echaba por tierra la teoría del accidente: el asesino se llevó el Opel Astra rojo y la cartera de la víctima en su huida tras cometer el crimen, y el caso quedó bajo secreto de sumario.

Sólo diez días después, la Policía localizó en Lérida el coche robado en Navarra y comenzó un dispositivo de búsqueda para hallar al homicida en la zona.

Asesinato a golpes en Lérida

Sin embargo, cinco días después y a menos de 14 kilómetros de distancia de donde se encontró el coche de la segunda víctima, la mujer de Ramón Rosell de 84 años le encontró muerto a golpes en el huerto de árboles frutales que cuidaba en Vilanova de la Barca. Era la tercera víctima del asesino en serie de agricultores.

El homicida le había quitado las tijeras de podar y, se cree que tras una fuerte disputa por haberle sorprendido robando, el asesino le propinó una serie de golpes brutales en la cabeza y otras partes del cuerpo. El homicida, de nuevo, se llevó el coche de la víctima para huir y enfiló a toda velocidad la carretera rumbo a la cercana Andorra en el Opel gris del asesinado.

Finalmente, y un año después la UCO ha cerrado el caso. La Gendarmería cree que durante este tiempo el yihadista y asesino en serie no ha cometido más crímenes.

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