El ala anti-OTAN del Gobierno retrata la debilidad de Sánchez: «Más gasto no equivale a más seguridad»
"La OTAN se encuentra en muerte cerebral", afirma la portavoz parlamentaria de Sumar
Pedro Sánchez comparece en el Congreso, en directo


Sumar, socio del PSOE en el Gobierno de coalición, ha evidenciado este miércoles la debilidad de Pedro Sánchez al rechazar el compromiso del jefe del Ejecutivo de aumentar el gasto militar en el marco del plan de rearme de la Unión Europea. «España no debe aceptar que más gasto equivale a más seguridad», ha señalado la portavoz del partido de Yolanda Díaz en el Congreso, Verónica Martínez.
La colaboradora de la vicepresidenta segundo del Gobierno, que ha lucido una camiseta con el lema «Altri Non» contra el proyecto de una fábrica de celulosa en Galicia, ha expresado así la postura de su grupo parlamentario durante la comparecencia del presidente del Gobierno en el Pleno de la Cámara Baja para dar cuenta del debate europeo sobre seguridad y defensa.
En opinión de Sumar, una seguridad exclusivamente militarizada no solo resulta «ineficaz» ante amenazas tan complejas como las que afronta Europa, sino que «erosiona» las bases democráticas del proyecto europeo, ha señalado su portavoz, insistiendo en que «no se trata de cambiar una palabra, sino de cambiar todo un proyecto; no se trata solo de cuánto invertimos, sino de cómo lo hacemos y con qué objetivos estratégicos», ha manifestado.
Asimismo, Verómica Martínez ha realizado un discurso totalmente anti-OTAN, en línea con la posición de su grupo la semana pasada, cuando votó a favor de que España salga de la Alianza Atlántica en una iniciativa promovida por los nacionalistas gallegos del BNG.
Contra Estados Unidos
«Bajo la tutela de Estados Unidos y de la OTAN, Europa no tiene voz propia en el mundo. La OTAN se encuentra en muerte cerebral», ha enfatizado. Junto a ello, la diputada gallega ha definido a la Alianza Atlántica, la misma que exige a Sánchez cumplir con el 2% del PIB en gasto militar, como un «zombi» por ser una estructura «obsoleta» e «inútil».
Además, Martínez Barbero ha subrayado que Estados Unidos ha dejado de ser un «socio fiable» y ha asegurado en presencia de Sánchez, sentado en el escaño, que Sumar «no va a aceptar un juego de suma cero a elegir entre estabilidad y seguridad».
«Las fuerzas progresistas tenemos el deber de afrontar este momento con responsabilidad», ha añadido, defendiendo que su espacio político es la garantía dentro del Ejecutivo de que se van a potenciar las políticas sociales, y de que no volverán las fórmulas «fallidas» de la austeridad, ha proseguido la portavoz de Yolanda Díaz en la Cámara Baja.
En este contexto, Martínez Barbero ha defendido también que la seguridad implica además inversión en tecnología, ciberseguridad, industria y energía. «Un cambio de paradigma profundo», ha agregado. De estas áreas, incluyendo también la lucha contra el cambio climático, ha dicho que requieren recursos similares a los del plan de rearme de Von der Leyen. «La seguridad europea no puede construirse a costa del bienestar social. La economía de guerra no es una opción aceptable, ni es la única alternativa», ha lanzado a Sánchez.
En este punto, ha planteado recaudar recursos para construir una autonomía estratégica a través de la propuesta de la Unión Europea de fijar «un impuesto del 2% a los 537 multimillonarios europeos», para así no tocar ninguna partida de gasto social, ha señalado.
«No debemos aceptar que más gasto equivale a más seguridad. Esta idea tan simplista como peligrosa solo beneficia a quien es el mayor enemigo de las democracias europeas», ha incidido Martínez Barbero. De esta manera, ha cuestionado que se deba elegir entre sumarse simplemente a una «carrera armamentística» para estar «permanentemente preparada para la guerra» o por una UE que apueste por el multilateralismo y rehúya de la «confrontación de potencias imperialistas».
Martínez Barbero ha reconocido que el contexto internacional ha cambiado y que «Europa no puede permanecer impasible ante esta realidad», pero ha sostenido que «reducir la autonomía estratégica de Europa a una carrera de gasto armamentístico sería un error histórico».