S&P eleva la calificación de Repsol gracias a la reducción de su deuda

Repsol
Sede de Repsol en Madrid (Foto: GETTY).

S&P ha elevado la calificación crediticia de Repsol un escalón, pasando así de ‘BBB-‘ a ‘BBB’, con perspectiva ‘estable’, según informó la agencia de calificación.

El pasado mes de julio, la agencia ya había mejorado la perspectiva sobre la petrolera española de ‘estable’ a ‘positiva’, abriendo así la puerta a una subida de su nota.

En un comunicado, S&P destaca que Repsol ha reducido «continuamente» su deuda neta en los últimos 18 meses, lo que combinado con su fortaleza de generación de flujo de efectivo le permite contar con unas métricas crediticias acordes con una calificación de ‘BBB’ en los próximos dos años.

La agencia de calificación valora así el esfuerzo de desinversiones realizado por la compañía, que le ha llevado a reducir su deuda financiera neta a cierre del pasado mes de septiembre por debajo de los 7.000 millones de euros, así como su modelo de negocio integrado.

Además, señala que la perspectiva ‘estable’ de la calificación refleja su opinión de que la compañía seguirá siendo cautelosa en sus inversiones y en su pago de dividendos, de acuerdo con las condiciones de mercado. A este respecto, considera que la petrolera presidida por Antonio Brufau podrá mantener el ratio de fondos operativos/deuda por encima del 40% en el periodo 2018 y 2019.

Se abre la puerta a una mayor retribución

Con esta decisión, S&P sitúa su calificación crediticia de Repsol en el mismo nivel que Fitch y Moody’s, es decir, dos escalones por encima del denominado ‘bono basura’.

Esta mejora en la nota de S&P abre también la puerta para que la petrolera pueda plantearse un cambio en su actual sistema de retribución al accionista mediante ‘scrip dividend’, que permite elegir el cobro del dividendo en acciones o metálico, ya que cualquier decisión al respecto estaba aparcada hasta no alcanzar este nivel de ‘BBB’.

De hecho, el director financiero del grupo, Miguel Martínez, ha reiterado en los últimos tiempos que el requisito básico para abordar este cambio en su política de dividendo pasaba por el hecho de que S&P elevara al menos un escalón la nota crediticia del grupo.

En las últimas conferencias con analistas para presentar los resultados de la compañía, Martínez ha mostrado su preferencia personal por suprimir el actual sistema de ‘scrip dividend’, aunque siempre ha subrayado que la política de dividendo de la compañía es una materia que «depende del consejo de administración».

Además, Repsol trabaja actualmente en su nuevo plan estratégico, que prevé lanzar en la primera mitad del próximo año, que sustituirá al que lanzó en octubre de 2015 tras la adquisición de Talisman Energy y que está vigente hasta 2020.

Tras la compra de la compañía canadiense, Repsol puso en marcha esa ‘hoja de ruta’ para marcar el camino a la integración y en el que contemplaba un recorte de inversiones del grupo y un plan de desinversiones para hacer frente al escenario de bajos precios del petróleo.

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