La inmobiliaria entró en concurso en 2013 con un pasivo de más de 3.500 millones

Reyal Urbis pone a la venta Castellana 200 y otros activos para dejar de ser el mayor moroso del país

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La consultora BDO, administradora concursal de Reyal Urbis, prepara la subasta de los últimos grandes activos de la inmobiliaria española, entre ellos el terreno del complejo de Castellana 200 (Madrid) destinado a la construcción de un hotel, y poder aspirar así a abandonar el listado de los mayores morosos de Hacienda, que encabeza año tras año.

La inmobiliaria que presidió Rafael Santamaría protagonizó en 2013 el segundo mayor concurso de acreedores de la historia en el país, tras Martinsa Fadesa, con un pasivo superior a los 3.500 millones de euros.

Reyal Urbis viene liderando la lista de los mayores morosos de Hacienda desde el año 2015. Entonces debía 378 millones y en la última lista publicada, el pasado mes de junio, la deuda se había reducido a 310 millones de euros.

La compañía se encuentra en fase de liquidación desde hace cinco años, y la administración concursal designada por el Juzgado -además de la consultora BDO, Hacienda- ha organizado sucesivas subastas, vendiendo en el último año algunos de los mayores activos de la empresa, entre otros suelos urbanos en Málaga y Córdoba; las oficinas centrales de Reyal Urbis, situadas en el centro de Madrid; o algunos de los establecimientos de la cadena Rafael Hoteles.

Castellana 200, Torrelaguna, Atocha

Reyal Urbis ha llevado a cabo recientemente una operación de fusión con la sociedad dueña de Castellana 200 para poder efectuar la subasta de su activo en el complejo, el 46% de los terrenos destinados a la construcción de un hotel. El resto de la participación está en manos de fondos de inversión, los mayores acreedores de la compañía, por encima de Hacienda y la Sareb.

Rafael Santamaría presentó en noviembre de 2006 el proyecto de Castellana 200 -un complejo de oficinas, centro comercial y hotel de lujo cercano a Plaza de Castilla-, junto con el entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, con una inversión prevista de 350 millones. Ese mismo año Santamaría había lanzado una OPA a través de su inmobiliaria Reyal sobre Urbis, controlada por Banesto, por 3.317 millones de euros, en plena burbuja inmobiliaria.

En 2009, Reyal Urbis abandonó la construcción de Castellana 200, dejando en el Paseo de la Castellana de Madrid un bloque de hormigón de ocho plantas. La compañía no obstante consiguió un año después un acuerdo con la banca acreedora para refinanciar su deuda, y proseguir con las obras, finalizando al menos el proyecto destinado a oficinas y centro comercial en 2012, antes de la entrada en concurso.

Además de Castellana 200, la administración concursal de Reyal Urbis subastará, previsiblemente en el primer semestre del próximo año, otros dos de los grandes activos que quedan por liquidar, el edificio de oficinas de Torrelaguna, en Madrid, y el Hotel Rafael Atocha.

El edificio de oficinas de la calle Torrelaguna de Madrid de Reyal Urbis cuenta con 11.000 metros cuadrados de superficie y la inmobiliaria lo alquiló en 2015 en una de las mayores operaciones del sector ese año. El Hotel Rafael Atocha es uno de los últimos establecimientos que quedan por vender de la antigua cadena hotelera creada por Rafael Santamaría.

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