Los famosos capones de Cascajares elevan sus ventas un 10% esta Navidad
Cascajares ha elevado sus ventas un 10% esta Navidad. El capón asado relleno de foie y orejones ha sido el más vendido, seguido de la pularda trufada. La compañía de alimentación se hizo archiconocida a raíz de la boda de los reyes Felipe y Letizia, así como la acertada campaña de marketing que llevaron a cabo durante el enlace.
Cada año más familias eligen los productos de Cascajares para sus mesas de Navidad, por ello, desde la compañía confirman a OKDIARIO que las ventas han aumentado alrededor de un 10%.
De todos los productos precocinados que ofrecen, el capón asado relleno de foie y orejones sigue siendo “el rey de las ventas, seguido de la pularda trufada que cada año se vende más”. El pavo se consolida como tercera opción detrás de capón y pularda, mientras que “el pato relleno de setas y castañas, que comenzamos a vender el año pasado, otra vez se ha vuelto a agotar”.
Las ventas fuera de nuestras fronteras, aunque aún es pronto para dar cifras, desde Cascajares sí que explican que “la tónica ha sido positiva durante el año, tanto en el mercado nacional como en el internacional”.
Las últimas cifras disponibles, antes del cierre de su año fiscal en el mes de julio, plasman una buena salud financiera en la compañía con sede en Palencia. Cerró 2016 con una facturación de casi 11 millones de euros, un 20% más que un año antes. El 70% de los ingresos vienen del mercado español y el 28% de Canadá, país en el que están presentes desde 2008.
Cascajares nació de la mano de dos empresarios veinteañeros a mediados de los años 90, Alfonso Jiménez y Francisco Iglesias. Pusieron un capital de 160.000 de las antiguas pesetas y comenzaron a criar y comercializar capones. Primero comenzaron la venta con producto crudo, sin embargo, se dieron cuenta de que envasado y cocinado tenía mayor salida.
La compañía comenzó a ser viable en los 2000, momento en el que se pudieron poner un sueldo y contratar el primer empleado. Cuatro años después llegaría a la compañía un verdadero golpe de suerte que dispararía sus ventas y sus ingresos. En 2004 la empresa estaba asentada facturando alrededor de 1,5 millones de euros, pero con la publicidad del enlace real la facturación se multiplicó por tres.
Al parecer, fue la propia Letizia la persona que se interesó por los capones de Cascajares y decidió ponerlo en el banquete real.
El enlace entre los Reyes de España, entonces Príncipes de Asturias, se celebró el sábado 22 de mayo de 2004 y Cascajares fue el plato principal de la celebración, un tirón que la compañía acompañó de una fantástica campaña de marketing. Enviaron el capón cocinado a muchos de los periodistas que ese día iban a comentar la boda en la Familia Real Española junto con una tarjeta que rezaba: “Si no puedes ir a la boda de los Príncipes, al menos come como un Rey”. Desde Cascajares reconocen que aquel día “supuso un punto de inflexión en la historia de la empresa”.